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Matrícula de deshonor

Prejuicios y gitanos

Hace unos días, Ágatha Ruiz de la Prada, por destacar un caso concreto, hizo unas declaraciones desafortunadas: “Estoy viviendo como una gitana”

Publicado: 23/01/2025 ·
13:18
· Actualizado: 23/01/2025 · 13:18
  • Bandera del pueblo gitano.
Autor

Federico Pérez

Federico Pérez vuelca su vida en luchar contra la drogadicción en la asociación Arrabales, editar libros a través de Pábilo y mil cosas

Matrícula de deshonor

Un cajón de sastre en el que hay cabida para todo, reflexiones sobre la sociedad, sobre los problemas de Huelva, sobre el carnaval...

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Es curioso que, por mucho que avancemos en cuestiones de valores sociales, aún queden personajes que siguen viviendo en ese pasado anclado en clases elitistas y selectivas que miran desde las alturas postrados en unos valores que se alejan mucho de la realidad. Hace unos días, Ágatha Ruiz de la Prada, por destacar un caso concreto, hizo unas declaraciones desafortunadas: “Estoy viviendo como una gitana”, expresión que utilizó para querer explicar que estaba viviendo en malas condiciones por el cambio de vivienda, aún en proceso de reforma, “sin cocina, sofá, ni luz, etc.” Como era de esperar, dicho comentario no cayó en saco roto y muchos ciudadanos tomaron las redes, entre ellos Pitingo y Lolita Flores, que dejaron clara su raza gitana y los valores que engendra esta comunidad, integrada totalmente en la sociedad a pesar de estos discriminatorios comentarios. 

Este hecho es un episodio más de tantos que los gitanos viven en el día a día y que siguen mostrando esa exclusión que tanto daño ha ocasionado y sigue ocasionando, dando un visión perniciosa para una raza que sigue sufriendo ese acoso sutil y racista. Desde hace décadas, muchas entidades luchan para romper este ciclo de exclusión, que requiere el cambio de mentalidad a través de un esfuerzo conjunto de gobiernos, instituciones y sociedad civil, y que da la sensación de que cuesta entender y aceptar.

Ante expresiones como las vertidas, queda claro que se necesita seguir promoviendo una educación inclusiva, desarrollar políticas públicas que garanticen el acceso a derechos básicos y combatir los prejuicios desde los cimientos. No podemos dejar de visibilizar la historia, las contribuciones y la diversidad cultural de los gitanos para erradicar los estereotipos que perpetúan la discriminación que tanto daño ocasiona. Esta labor de lucha es por la justicia y la igualdad y nadie puede permitirse el lujo de hacerse el gracioso, desvalorando a otras personas de forma gratuita. Ser consciente de aquello que expresamos es un paso crucial hacia un mundo más inclusivo y equitativo, y disculparse después por ello es de agradecer, pero el daño ya está hecho.

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