La Fiscalía de Tarragona ha interpuesto una denuncia contra los responsables de la central nuclear de Ascó en el momento de la fuga de partículas radiactivas ocurrida en noviembre de 2007, ha informado el portavoz de la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC).
La denuncia, interpuesta en el juzgado de Gandesa, se dirige contra R.G.P, director de Ascó 1; F.G.T, jefe del servicio de Protección Radiológica de la central; J.S.R, jefe de explotación de la planta; y A.G.R, inspector residente titular de Ascó 1, todos ellos ocupaban sus respectivos cargos cuando ocurrieron los hechos.
La Fiscalía les acusa de delitos contra la seguridad colectiva por exposición a radiaciones ionizantes a personas por imprudencia grave, contra el medio ambiente por imprudencia grave, contra los derechos de los trabajadores y de falsedad documental.
En total, estos delitos pueden ser sancionados con penas que oscilan entre los 6 y los 16 años de cárcel.
El fiscal acusa a los máximos responsables de Ascó de cometer “inaceptables negligencias” que propiciaron que, desde noviembre de 2007 y durante cuatro meses, se emitieran al exterior centenares de partículas radiactivas “sin ningún tipo de control”.
“Muy probablemente no se conocerá nunca el número total de partículas liberadas ni el destino final de todas ellas”, advierte el fiscal de Medio Ambiente de Tarragona en su informe, tras recalcar que la causa de la fuga “no radica en ningún tipo de fallos en mecanismos o maquinarias, sino en negligencias, imprudencias y omisiones”.
En su informe, la Fiscalía señala que los hechos ocurrieron la noche del 26 de noviembre de 2007 cuando finalizaba el proceso de recarga de combustible en la unidad 1 de la central nuclear de Ascó.
En esa fecha, las barras de combustible usado eran trasladadas mecánicamente, a través de un túnel con agua, desde el reactor hasta la piscina de combustible usado, donde se depositan las varillas de combustible cubiertas por agua para evitar la dispersión de la radiación a la atmósfera.
En el túnel existe un pocete en donde, una vez vaciado de agua, quedan restos de agua y posos o residuos en forma de partículas, entre otros, de corrosión de metal, añade el documento de Fiscalía.
El fiscal advierte que “sin reglamentación que amparara la práctica y pese al riesgo que suponía”, en Ascó 1 se acostumbraba a vaciar a mano el agua y los posos radiactivos del pocete en la piscina de combustible, en vez de seguir el tratamiento propio de residuos radiactivos e introducirlo en recipientes sellados.
Ese día, un trabajador novel, que seguía instrucciones de sus superiores, estaba encargado de vaciar el contenido de la aspiradora del pocete, unos 50 litros, en la piscina de combustible.
“Probablemente por temor a que el bidón hiciera de contrapeso y precipitarse en la piscina o a sufrir salpicaduras”, el trabajador “debió alejarse lo máximo posible del borde, de manera que todo o parte del vertido cayó en una rejilla de aspiración del circuito de ventilación”, situada en la pared interna de la piscina.
De esta manera, el agua y los posos, altamente contaminados, pasaron al circuito de ventilación de la central, relata el informe.
El Ministerio Público considera que si hubiera estado en funcionamiento el sistema de ventilación de emergencia de la central, los filtros de que dispone hubieran retenido las partículas radiactivas, pero se encontraba funcionando el sistema de ventilación normal, sin filtros.
“Ello es así porque, de forma antirreglamentaria, se había decidido elevar la tara de actuación de los sensores de radiación”, con el único objetivo de evitar una posible situación de alarma y el consiguiente aviso al Consejo de Seguridad Nuclear, según el fiscal.
“De esta manera, la contaminación de la rejilla y de los conductos del sistema de ventilación pasaron desapercibidos. El agua y partículas aspiradas pasaron al sistema de ventilación y una parte de ellas, a través de la chimenea, fueron expelidas al exterior”, añade el informe para explicar cómo las particular radiactivas fueron liberadas al exterior.