No obstante, Garzón ha admitido que se trata de un caso "muy difícil" porque cuenta con muchos enemigos, especialmente en el Tribunal Supremo que le va a juzgar, y ha aseverado que está "preocupado" aunque, al mismo tiempo, "tranquilo" y que espera que la situación en la que se encuentra a nivel judicial no suponga un "punto final" en su carrera.
"Hemos llegado a un límite que es difícil. Pero hay posibilidades y hay que combatirlas hasta el final. Aunque acabara mi carrera profesional como juez en España, nunca acabará mi vinculación con la Administración de Justicia, ni con mi profesión que es la de ser juez y trabajar siempre en defensa de las víctimas por aquello que creo que es justo", ha sentenciado el ex magistrado de la Audiencia Nacional en una entrevista en RNE, recogida por Europa Press.
Por ello, Garzón ha criticado lo "paradigmático" que es su situación porque supone un "ataque" a la "independencia judicial" y a la "independencia" para la "interpretación libre" de las leyes y de las "normas jurídicas" por lo que, a su juicio, se le retiró de la carrera judicial "injustamente".
"Creo que se me retiró injustamente, aunque eso es lo que marca la ley cuando se abre juicio oral contra una persona", ha enfatizado el juez tras puntualizar que esta situación no quita que las causas que la han propiciado sea un hecho "justo o tenga un argumento sólido".
Dicho esto, ha recordado la "obligación" que tiene la sociedad española de "superar el impás" de la Guerra Civil y de la Dictadura a través de dar una respuesta que incluya "verdad, justicia y reparación" a las víctimas y no, ha apostillado, a través del "olvido" y ofreciendo una "falsa reconciliación".
En este sentido, Garzón ha lamentado que desde algunos ámbitos se pretenda "acabar" con un modelo determinado de juez pero ha llamado a los magistrados a "no esconderse" a la hora de llevar a cabo una investigación judicial, "por difícil que sea". Así, se ha mostrado confiado en que, a pesar de no contar con el agrado de los magistrados del Tribunal Supremo que le van a juzgar, las opiniones personales "no sean el motor" que les guíe a la hora de investigarle tanto a él como al resto de ciudadanos.
"Si fuera así sería muy grave y lo mismo que yo asumo mi posición todos deben asumir que todos somos iguales ante la ley. Estoy preocupado pero estoy tranquilo", ha insistido el ex magistrado de la Audiencia para asegurar que "probablemente" si fueran otras personas las que hubieran llevado adelante la Memoria Histórica se les "imprimiría un sello diferente".
