El presidente ruso, Vladimir Putin, ha defendido este jueves su política respecto a Ucrania y en particular la anexión de la península de Crimea por parte de Rusia y ha arremetido nuevamente contra las sanciones adoptadas por Occidente contra Moscú.
En su discurso anual ante las dos cámaras del Parlamento ruso, Putin ha comenzado resaltando la histórica y legítima anexión de la península de Crimea y la ciudad de Sebastopol el pasado mes de marzo y ha equiparado el valor que este territorio tiene para Rusia con el que tiene el Monte del Templo en Jerusalén.
Asimismo, ha criticado el "golpe violento" en Ucrania y ha defendido que Moscú ha adoptado una política "correcta" respecto a los acontemientos en el sureste del país, donde desde abril separatistas prorrusos están enfrentados al Gobierno de Kiev.
En este sentido, ha dejado claro que para Rusia la "soberanía es esencial" y ha advertido de que las sanciones perjudican a todas las partes, no solo a quien le son impuestas. Por ello, ha incidido en que no tiene sentido tratar con Rusia desde una "posición de fuerza".
En este punto, según recogen los medios rusos, el presidente ha recurrido a las comparaciones históricas y ha apelado a "aprender las lecciones" del pasado, recordando que Hitler no consiguió acabar con Rusia durante la Segunda Guerra Mundial.
No obstante, como ha venido repitiendo en los últimos tiempos, ha asegurado que Moscú no quiere verse arrastrado a "una carrera armamentística" y tampoco optará por su aislamiento.
"Seguiremos levantándonos por la diversidad global para que todo el mundo pueda ver la verdadera imagen sin distorsionar de Rusia", ha prometido, insistiendo en que su país quiere tener "el máximo posible de socios fiables, tanto en Occidente como en Oriente".