La Universidad de Texas, en Austin (EEUU) ha perdido un centenar de cerebros. Así lo han alertado algunos profesores, quienes han llamado la atención sobre la desaparición de la mitad de los órganos de una colección total de 200 que fueron donados hace 28 años por el Hospital del Estado de Austin.
Uno de los profesores encargados de los cerebros en dicha universidad, Tim Schallert, alertó al diario Austin American Stateman este martes de que creían que alguien había cogido los cerebros pero no estaban seguros "del todo".
¿Cómo se pierden 100 cerebros? El tema no está exento de polémica, y las hipótesis que se han barajado van desde robos de estudiantes bromistas por Halloween hasta que se hubieran cogido para venderlos en el mercado negro.
El asunto se pone más interesante cuando se llama la atención sobre lo que uno de los profesores dijo: uno de los órganos podría pertenecer a Charles Whitman, un estudiante que en 1966 mató a 16 personas desde la torre de la Universidad, la masacre de mayor envergadura vivida en un campus universitario hasta 2007.
Sin embargo, es aquí cuando aparecen ciertas contradicciones: se supone que estos datos no deberían conocerse ya que cualquier información sobre la identidad del 'dueño' del órgano se elimina antes de que éste llegue a la institución en la que será estudiado.
La propia universidad ha tardado en reaccionar. Tras haber asegurado que estudiarían lo ocurrido, después dijeron que no tenían constancia de la pérdida de ciertos cerebros concretos y, posteriormente, aseguraron que habían sido destruidos hacía 12 años por su mal estado de conservación, según informa la BBC.
Según parece, los cerebros estaban ubicados en un laboratorio en el que no había espacio para todos, por lo que más o menos la mitad se guardaron en un sótano y "ya no están" ahí, alertó el profesor en dicho diario americano.
Ahora, la universidad ha añadido que fueron destruidos en 2002 porque "ya no eran aptos para la investigación". En este punto, han matizado que los 100 cerebros estaban almacenados en entre 40 y 60 frascos y que no hay pruebas de que entre ellos estuviera el de Whitman.
Pero las dudas sobre este extraño suceso continúan. El hecho de que uno de los cerebros fuera de Whitman puede deberse simplemente a un rumor universitario pero, ¿cómo se destruyen 100 cerebros y los profesores que los estudian no tienen constancia de ello hasta 12 años después?