La banda estaba formada por cinco personas, dos de las cuales fueron arrestadas en Viladecans (Barcelona), otras dos en Castellón y el quinto, en calidad de imputado, se encuentra en La Rioja.
Las detenciones tuvieron lugar el pasado 3 de julio y mientras los dos detenidos de Viladecans han quedado en libertad con cargos, los de Castellón han ingresado en prisión.
La investigación comenzó cuando la Guardia Civil detectó que una armería de Viladecans adquiría un número importante de armas modernas y el 90% de las mismas eran de última generación, según explicó el portavoz de la Guardia Civil, Francisco José García.
Según este portavoz, “la adquisición de este tipo de armas no es ilegal pero sí que es extraño” porque, habitualmente, negocios como el de Viladecans comercializan armas antiguas, que se destinan a exhibición y exposición.
La investigación, bautizada como Hierros y que comenzó el pasado verano, ha permitido descubrir que los responsables de la armería compraban las armas y las inutilizaban para poder venderlas, que es el procedimiento habitual y legal. “Después, las mandaban a un taller en Castellón donde se volvían a modificar permitiendo efectuar un fuego real”, explicó Francisco José Garcí