Leo en el periódico La Razón del día 24 de este octubre pasado y con un título de letras muy grandes, como si se pretendiese abrirnos los ojos a todo lo que está sucediendo o amedrentarnos, en el apartado economía: “La Seguridad Social podrá afrontar el pago de las pensiones hasta 2023”, y yo que ya he pasado de los ochenta años, podría decir a mí plim, porque no me va a afectar, ya que de aquí a catorce años estaré criando malvas o mis cenizas en una cajita dentro de una hornacina.
Pero sí que me resulta preocupante para mi descendencia, hijos, nietos y biznietos que se van a encontrar con un mal futuro por unas circunstancias desfavorables de la que nuestros gobernantes –y no deseo especificar quiénes– tuvieron la culpa, porque se entretuvieron en otras cosas que las que eran más necesarias para la nación, y que eso no hay que explicarlo porque lo sabemos de sobra todos los españoles, aunque algunos por unas circunstancias determinadas deseen justificarlo o no darse cuenta.
Se dice que el Fondo de Reserva se agotará en 2029, según un informe del Ministerio de Trabajo, y todos sabemos muy bien que del arca que se saca más que se mete, pronto quedará vacía, y para paliar esas deficiencias ahora se aconseja que se haga la “Hucha de las pensiones”, según el Informe de Estrategia Nacional de Pensiones.
Pero en la misma página del periódico aludido hay otro título muy alarmante: “El dato del paro refleja una situación muy dura”, diciendo además la Secretaría General de Empleo, que “la encuesta de la población activa correspondiente al tercer trimestre de este año refleja una situación muy difícil y muy dura”, añadiendo que en el próximo año será España el miembro de la Unión Europea con mayor tasa de paro, puesto que llegaremos al 12’5%, cinco puntos por encima de la media que es del 7’4%, que ya resulta lo nuestro bastante alto.
Y eso a duras penas resultaría soportable para la clase media española, aunque catastrófica para aquellos de rentas muy bajas y el gran número de parados existentes, que se dice, sin ambages de ninguna clase, por esos organismos oficiales, que se prevee que llegaremos al 14’5%, y tendremos, según las encuestas, un solo país de la UE, que por debajo de nosotros tenga una elevada tasa, que es Eslovaquia con el 9’8%.
Habría que preguntar a los políticos responsables qué es lo que han hecho en estos últimos años para que nos encontremos en tan grave situación, cuando otras naciones de mucha menor categoría que nosotros, en todos los aspectos, se van bandeando. ¿En dónde está el mal o las deficiencias? Porque las cosas no llegan así porque sí. Creo en mi corto entender de política que es un problema como están las cosas, pero supongo que lo sufriremos más próximamente cuando las situaciones lleguen a unos puntos que se hagan intolerables.
Y opino que no es que hayamos llegado a esta situación de golpe y porrazo, sin esperarse, por unas circunstancias desfavorables, como a algunos les puede interesar creer, sino que se han ido gestando desde unos años atrás, por lo que considero lógicos los lamentables resultados, que algunos ilusos pensaban que se iban a arreglar por arte de birlibirloque.