Cada momento de la vida

El tiempo pasa. Vamos creciendo sin apenas darnos cuenta. Sin tener conciencia de lo efímera que es la vida. Parece que fue ayer cuando jugaba en el patio del recreo, sin tener preocupaciones por nada. Tan solo por ser feliz, por divertirme, por correr detrás de una pelota con la que jugabas la final de la Champions en el propio patio de tu colegio. El tiempo pasa y ya no vuelve atrás. No retrocede. Por eso debemos apreciar el momento, el instante, lo que está pasando. Porque mañana puede ser que no vuelvas a ser la misma que hoy fuiste, puede ser que la vida te enseñe la cruz de la moneda o que tus experiencias, varapalos y tropiezos hagan cambiar la persona que algún día fuiste. Porque somos en el fondo una suma de todo eso que hemos vivido y lo que viviremos. Somos un cambio constante. Un punto cardinal en el mapa buscando su dirección. Somos hoy y quién sabe si seremos mañana. Por eso disfruta, vive, ríe, sueña... cada día a cada instante. Porque algún día marcado en el calendario comenzamos esta bonita aventura y nunca sabemos cuándo la acabaremos.