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Provincia de Granada

El arzobispo dice que \"no se ha protegido\" la intimidad ni la presunción de inocencia en el caso de abusos

Según ha indicado, tiene que haber \"un juicio justo, con derecho a la defensa y todas las pruebas necesarias\", pero ha precisado que \"la Iglesia quiere proteger a las víctimas lo más posible\"

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  • Javier Martínez Fernández -

 

El arzobispo de Granada, monseñor Javier Martínez, ha lamentado que "no se ha protegido la intimidad ni la presunción de inocencia" en el caso del joven de 24 años que denunció ante el Papa un caso de abusos sexuales en la diócesis de Granada y ha asegurado entre lágrimas que es "una herida muy grande". "Perdón, se me saltan las lágrimas pero es que es una herida muy grande", ha indicado.

   "Si los hechos son ciertos, es una herida tremenda en el cuerpo de Cristo y ese cuerpo es mi propio cuerpo. Me sangra el corazón, me sangra el alma y es dolorosísimo y si los hechos no fueran verdad sigue siendo igual de doloroso porque no se ha protegido la intimidad ni la presunción de inocencia de toda una serie de personas incluido el denunciante", ha explicado en declaraciones a la COPE recogidas por Europa Press.

   El arzobispo ha defendido que las medidas que adoptó tras enterarse de los hechos fueron "las que pide la disciplina de la Iglesia", es decir, hacer una investigación previa para descartar que la acusación pueda ser "falsa". En este sentido, ha indicado que la puso en marcha "inmediatamente" tras constatar que la denuncia tenía "verosimilitud" y tomó medidas cautelares el 15 de octubre.

   Según ha indicado, tiene que haber "un juicio justo, con derecho a la defensa y todas las pruebas necesarias", pero ha precisado que "la Iglesia quiere proteger a las víctimas lo más posible".

   Monseñor Martínez ha indicado que la Santa Sede y la declaración del denunciante "implican directamente a tres sacerdotes" que han sido "apartados de todo ejercicio del ministerio sacerdotal público y de cualquier domicilio pastoral".

   El arzobispo ha subrayado que la Iglesia es su "cuerpo" y la diócesis de Granada, su "familia", a la que quiere "con toda el alma" y ha indicado que él no puede "más que hacer penitencia" por su familia. Así, ha puesto el ejemplo de una familia en cuyo seno se diera un caso de abusos, algo que, según ha puntualizado, "sucede con demasiada frecuencia desgraciadamente". "¿Cómo se siente el padre? Destrozado", ha apuntado.

   Por ello, reza a Dios para que les ayude a ser "cristianos más verdaderos, sacerdotes más enamorados de su vocación, más fieles a la hora de erradicar cualquier cosa que pueda servir de distorsión a la belleza de esa misión y de la vida de la Iglesia".

   Sobre la coincidencia de la publicación de la noticia y el comienzo de la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, monseñor Martínez ha señalado que "curiosamente" ha coincidido y ha recordado que él también ha ido "a EGB" y sabe "qué intención tienen esas cosas".

   El arzobispo se ha referido a la víctima y ha recordado que este miércoles le comentaba un conocido suyo que "a este chico le están destrozando" con "todo este follón". "Por eso la Santa Sede pide secreto, porque las víctimas también sufren con convertir su vida personal en una especie de espectáculo, cuando lleva una herida muy grande dentro que hay que tratar de curar", ha dicho.

   Martínez ha asegurado que siempre le ha ofrecido al joven su "paternidad" y su "aliento" y le ha dicho que "tiene que haber un designio bueno en esto que ha pasado, que podrá ayudar a otras personas".

NUEVE SACERDOTES Y DOS SEGLARES

   El arzobispo ha aclarado que hay nueve sacerdotes y dos seglares acusados, aunque ha precisado que en las indicaciones que recibió del Vaticano se le dieron instrucciones para "aplicar medidas cautelares a tres sacerdotes". "Los otros pueden ser conocedores pero no han intervenido", ha precisado, basándose en la declaración del joven.

   Sobre las críticas por no haber tomado medidas contra el resto de acusados, Martínez ha aclarado que no lo hizo porque a mediados de octubre la "presunta víctima" le pidió que detuviese toda actuación para que pudieran actuar las autoridades judiciales. Además, ha comentado que, posteriormente, recibió una providencia del Juzgado en la que se le dijo que no hiciera nada para no interferir en dichas actuaciones judiciales.

   Monseñor Martínez ha explicado que se enteró del caso de abusos a mediados de agosto, no por la Santa Sede sino por una carta que el joven denunciante depositó en el arzobispado en la que contaba que había escrito al Pontífice. En ese momento, según ha recordado, llamó al chico y estuvo con él dos horas hablando.

   Según ha señalado, cuando la Santa Sede le envió una carta comunicándole que habían recibido una denuncia, él ya había recibido al chico y ya tenía los billetes comprados para viajar al Vaticano lo que le permite "intervenir antes". En cualquier caso, ha precisado que el Papa Francisco no habló directamente con él.

   En cuanto al hecho de que el joven se dirigiera directamente al Vaticano y no hablara primero con el arzobispo de Granada, Martínez ha indicado que no hay tiempo de preocuparse de si las cosas se han hecho "mejor o peor" y ha insistido en que "si es que eso ha sucedido, cualquier cosa que pueda hacer una persona que ha sido víctima, ni le "asusta" ni le "preocupa" porque lo que le "duele" es "el hecho".

   Sobre el proceso, ha apuntado que el siguiente paso tras "verificar la verosimilitud de la denuncia" es el "juicio formal" en el que, según ha añadido, tiene que haber "todas las garantías y exigencias de defensa para todos y de poder establecer la verdad de los hechos". Este juicio formal no ha tenido lugar en el ámbito canónico, según ha subrayado, porque recibió antes la indicación de detener sus actuaciones.

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