Los vecinos del Polígono Sur de Sevilla reclaman a las tres administraciones "soluciones urgentes" a los continuos cortes de luz ocasionados por los enganches ilegales, que provocan que centros transformadores de electricidad que prestan servicio en esas zonas ardan por la saturación de las acometidas. El último incidente al respecto tuvo lugar la noche del pasado 26 de febrero en la barriada Martínez Montañés.
De momento, la plataforma También somos Sevilla, que enviará a los distintos gobiernos --local, autonómico y central-- sendos escritos para denunciar los "graves problemas de inseguridad" en el barrio, descarta movilizaciones en protesta por los cortes de luz. "Muchas familias tienen miedo de participar en estas concentraciones en las calles; por eso, es una opción que ahora no contemplamos", tal y como ha reconocido a Europa Press la portavoz del colectivo vecinal, Rosario García.
"Esta claro que en el barrio no manda el Ayuntamiento sino los 'capos' que se dedican al tráfico de drogas. No sabemos la situación de quienes se enganchan. Muchos están desempleados, pero una mayoría lo hace porque se dedican al cultivo de marihuana en el interior de sus viviendas", ha añadido.
Diez días después no ha vuelto la luz a un barrio en el que residen muchos menores y personas dependientes. El centro de transformación quedó totalmente calcinado por la sobretensión y saturación a la que estaba sometido. "Ahora hay que hacer toda la instalación nueva, desde transformadores y salidas de líneas", señalan fuentes de Endesa.
Ese centro "únicamente tenía un cliente con contrato en vigor" asociado cuando el centro de transformación está dotado "con suficiente potencia para dar servicio a unos 600 clientes". "Estamos trabajando para tenerlo disponible lo antes posible y los técnicos han buscando una alternativa para ese cliente", añaden las mismas fuentes.
No es la primera vez que sucede una incidencia así y la citada plataforma vecinal viene avisando de que en estas interrupciones en el abastecimiento energético, "pagan justos por pecadores", apostando por diferencias entre "los sinvergüenzas" que instalan las acometidas ilegales para alimentar esas plantaciones de marihuana y quienes sí abonan sus correspondientes facturas de electricidad o sufren una situación de agudizada falta de recursos como para pagarlas.
