La Diputación de Sevilla recoge anualmente una media de 300 perros abandonados --ha habido ejercicios con hasta 1.000-- en municipios de menos de 5.000 habitantes y entidades locales autónomas, un servicio que presta al carecer estos municipios de estructura "suficiente" para encargarse de una labor de la que son responsables los ayuntamientos por la Ley de Protección Animal.
El organismo provincial renueva esta prestación al licitar la contratación de una empresa para que preste este servicio de recogida de perros abandonados y perdidos en un total de 45 municipios, después de que Castilblanco de los Arroyos haya salido del listado de pueblos beneficiados al incrementar su población. El contrato tiene dos años de vigencia y a él se destinan 208.000 euros (sin IVA incluido), según consta en la documentación publicada y consultada por Europa Press.
Miguel Criado, del Área de Servicios Supramunicipales de la Diputación, explica que muchos de estos perros son abandonados en los pueblos por sus dueños --vecinos de la capital-- cuando llegan fechas como el verano y no quieren hacerse cargo de los animales ni llevárselos con ellos a sus lugares de descanso. En cuanto a las adopciones, aunque todos los animales recogidos están disponibles, "no todos" encuentran un nuevo dueño.
La empresa adjudicataria debe contar con un centro zoosanitario "autorizado y homologado", con una capacidad mínima para 125 animales. El espacio tiene que tener el material e instrumental necesario para explorar a los animales y un horno crematorio o incinerador de dimensiones y características adecuadas, que cumpla todos los requisitos legales, o bien presentar un contrato con alguna planta incineradora.
Dentro del centro zoosanitario deberán existir varios lazaretos o jaulas individuales para el aislamiento y observación clínica de los animales, así como disponer de un vehículo adaptado para el transporte de los animales capturados. Los animales que se queden en el centro zoosanitario se mantendrán en óptimas condiciones higiénicosanitarias y con una alimentación adecuada, constituida "exclusivamente" por pienso compuesto, así como con agua potable.