Escuchar a Carmen es escuchar a la desesperación en persona. Desesperación, impotencia y rabia contenida tras más de un año de lucha con las administraciones y con la burocracia para toparse, como ella misma dice, “con un muro cada vez más grande”. “Nadie tiene la responsabilidad de solucionar un problema que me han reconocido que existe”, dice con un hilo de voz, sabiendo que “por culpa de esta pesadilla” en poco más de una semana Emasesa procederá a cortar el suministro de agua de su vivienda.
La Empresa Metropolitana de Abastecimiento y Saneamiento de Aguas de Sevilla reclama a Carmen, madre que vive sola con dos niños pequeños, cerca de 1.500 euros en agua correspondientes a las facturas de enero (1.019 euros) y de abril (487 euros) de este año. Importe que Carmen se niega a pagar al considerar que ella no ha consumido esa cantidad de agua, y que viene originada merced a un “problema electrónico de su antiguo contador”. Hecho que puede demostrar con innumerables pruebas, -histórico de facturas, entradas en el registro de Emasesa dando cuenta de los consumos desorbitados del contador, testigos, un informe de su compañía de seguros, otro de una empresa de fontanería e incluso algunos vídeos en los que se puede apreciar cómo el contador, con las llaves de paso cerradas, “sigue corriendo solo como loco”-, pero que según le cuentan en Consumo -la última de las administraciones a las que ha acudido- son pruebas “no determinantes” porque “los testigos pueden ser amigos suyos, la empresa de fontanería es privada y que, perfectamente, el consumo desorbitado puede deberse a que se pase las 24 horas del día con los grifos abiertos”.
De una administración a otra
Después de trasladar su caso a Emasesa, que procedió a realizar la verificación de su contador ‘in situ’ (dos pruebas de caudal, que al ser mecánicas determinaron el correcto funcionamiento del contador); y al Ministerio de Industria, que retiró el contador problemático y le instaló otro nuevo mientras varios de sus técnicos verificaron otra vez con pruebas de caudal (pruebas mecánicas y no electrónicas) el antiguo; el asunto está ahora en manos del área de Consumo de la Junta de Andalucía, donde ha entregado un dossier con todas sus pruebas y donde le han dicho que van a intentar un recurso de alzada ya que todos los expedientes de las anteriores administraciones siempre dan la razón a Emasesa.
“En Industria y en Consumo me han dado la razón: el problema del contador no es mecánico, no es un problema de caudal, sino un problema electrónico ya que el contador se pone en marcha él solo y aleatoriamente. Lo que pasa es que, al parecer, nadie tiene la responsabilidad de comprobar si el contador tiene un fallo electrónico”, señala Carmen con la desesperación de alguien que “ha montado guardias” de horas y horas delante de su contador para poder tener pruebas al respecto.
También en Consumo, ayer mismo, le señalaron que habían hablado con Emasesa y que habían conseguido paralizar la orden de corte de suministro, algo de lo que Carmen no se fía, ya que “no hay nada firmado y en papel y todo son confirmaciones telefónicas”.
Paciencia infinita
El caso de Carmen no es nuevo para para el Ministerio de Industria y para Consumo. Al igual que ella, cientos de consumidores están experimentando o han experimentado en sus propias carnes el calvario de tener contadores defectuosos, facturas desorbitadas y dinero y horas perdidas en la realización de varias pruebas inservibles y segundas opiniones de expertos en la materia.
El jefe del departamento de Industria de Sevilla llegó a reconocer a Carmen que por sus manos han pasado “muchos casos similares al suyo”. “Reconocen que tengo razón y que la Ley que rige las pruebas que se realizan a los contadores es muy antigua, de cuando los contadores aun eran mecánicos y no electrónicos y que, por lo tanto, sólo contempla pruebas de tipo mecánico”, señala Carmen, que, además, cuenta que en Industria le explicaron que no podían solucionar su caso porque su contador es “doméstico” y que allí ellos sólo llevaban los casos de “contadores de empresas y locales comerciales”. “Así -continúa Carmen- que inexplicablemente pasaron la pelota a Consumo, y en Consumo ya me han dicho que tengo que tener paciencia, que este procedimiento irá lento porque como consecuencia del cambio de gobierno en la Junta de Andalucía, actualmente no tienen a ningún superior que les firme ningún papel”.
“El actual contador funciona perfectamente y no he vuelto a tener sorpresas con las facturas, pero quiero demostrar que el antiguo no funcionaba. Para eso tengo los vídeos”, subraya.
Desesperada y casi sin recursos, Carmen, que ya pasó por el mismo calvario en 2011 teniendo que pagar entonces 1.200 euros en facturas de agua, ha decidido, esta vez, “llegar hasta donde haga falta”. Por eso ha acudido a la prensa, para “sacar a la luz este calvario” y para que si existen en este momento otras personas sufriendo lo mismo que ella, que “se animen a denunciarlo”.