El torero Curro Romero ha recibido hoy el Premio de Cultura de la Universidad de Sevilla, en una ceremonia solemne celebrada en el Paraninfo, en la que el veterano matador de toros ha agradecido a la Universidad "ese paso adelante" que da con esta distinción "defendiendo la tauromaquia y el arte de torear".
"Yo no he pasado por una Universidad ni de puntillas, ya hubiera querido yo... Tomé el camino de la universidad de la vida..." ha dicho el maestro sevillano en un discurso improvisado ante las autoridades académicas para confesar, una de las veces en las que se ha detenido: "Quisiera pegar dos o tres lances a un toro aquí ahora mismo, pero eso no puedo hacerlo".
En su breve discurso, Curro Romero ha evocado sus humildes orígenes familiares y a sus padres, de los que ha dicho que, para él, siguen siendo "grandes de España", unas palabras que han cosechado la cerrada ovación de los doscientos invitados a la ceremonia, entre los que se hallaban los matadores Espartaco, Pepe Luis Vázquez, Dávila Miura y Diego Urdiales.
También han asistido los cantaores José de la Tomasa y Pansequito, el músico Pedro Halffter, director del teatro de la Maestranza, vecino de la Real Maestranza por cuya puerta del Príncipe salió Curro cinco veces a hombros -siete lo hizo por la Puerta Grande de las Ventas-, unos méritos que ha considerado el jurado de este premio, que con anterioridad lo otorgó al escritor Pérez Reverte, a la pintora Carmen Laffón, al barítono Carlos Álvarez y a la bailaora María Pagés.
Además de los discursos, en el acto se ha proyectado un vídeo -en el que aparecía Curro comparando al currismo con la afición al Betis: "sufridores los dos"- se ha interpretado un pasodoble y se ha cantado una bulería, pero la pieza más aplaudida ha sido la semblanza del matador que ha trazado con mano de poeta el periodista Alberto García Reyes.
Curro Romero, ha dicho el periodista, representa "la idea incontestable de que el toreo es un arte, y si es un arte es fuente de conocimiento, progreso", tras lo cual ha citado al poeta Caro Romero que dijo que cuando Curro toreaba como él sabe "no son necesarios los críticos taurinos, sino los críticos de arte".
Este torero se mantiene al margen de las estadísticas y ni él recuerda sus triunfos y si ha ingresado en la mitología del toreo es porque dos de las veces que salió por la Puerta Grande en Madrid lo hizo tras cortar una sola oreja, "porque el arte no se mide al peso", según García Reyes.
Para describir el toreo de Curro Romero, el periodista ha citado al poeta Agustín de Foxá, según el cual el principal músculo para el toreo es el corazón, "por eso Curro es tan grande", mientras que de otra de las características que se le han atribuido ha sentenciado: "El miedo es al toreo, como la duda al conocimiento".
"Como creador supremo" a lo que Curro ha tenido "otro pánico, el estético", ha señalado García Reyes al recordar que, a diferencia de las otras artes, en la plaza "la obra se construye al capricho del animal, por eso ante el toro hay que llevarlo todo aprendido".
"Para él el valor ha sido un medio no un fin", ha añadido al citar al propio Curro: "Algunos cortan orejas porque asustan a la gente".
"Su grandeza consiste en no haberse obstinado en ser grande, sino en ser feliz", ha añadido García Reyes al afirmar que la Universidad debe sentirse orgullosa de premiar a alguien que "sabiéndolo todo no ha pretendido enseñar nada", lo que ha dicho delante de otro periodista, Antonio Burgos, biógrafo de Curro Romero, presente en sala junto a docenas de autoridades, desde el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, a consejeros de la Junta o al arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, y el rector de la Universidad, Miguel Ángel Castro.
García Reyes ha concluido su discurso con otras dos sentencias: "El mundo se divide en dos, los que han visto torear a Curro y los que no han vivido" y en el mundo "seguirá habiendo reyes, pero un sólo faraón".