El Sevilla está teniendo un mejor arranque de curso que la temporada anterior. A pesar de los nervios y las malas sensaciones, el equipo de Julen Lopetegui tiene mejores números a estas alturas del campeonato que la campaña anterior, en la que llegó a luchar por LaLiga Santander.
Esta temporada el equipo nervionense lleva actualmente 14 de 21 puntos posibles. El Sevilla se encuentra a tres puntos del liderato y tiene un partido menos que sus rivales. El año pasado a estas alturas de campeonato, el conjunto sevillista había cosechado 10 puntos de 24, tras tres victorias, un empate y cuatro derrotas.
En Champions las cosas fueron mejor en las dos primeras jornadas de la campaña pasada. El conjunto nervionense lleva actualmente dos puntos en dos partidos, hace un año consiguió cuatro en los dos primeros encuentros.
Lopetegui está siendo muy criticado por las sensaciones que está dejando el equipo. La impresión de la afición es que el Sevilla tendría que plantear los partidos de otra forma. A pesar del malestar y las quejas del sevillismo, los números este curso están siendo mejores que el pasado.
Mucho nerviosismo
El Sevilla ha dejado malas sensaciones en estos últimos partidos y ha mostrado mucho nerviosismo cuando las cosas no iban bien. Da la impresión de que los futbolistas juegan cualquier duelo con más presión de la necesaria.
Sin ir más lejos, ante el Granada se pudo ver como varios jugadores perdieron los papeles. Marcos Acuña y Óscar protagonizaron una de las escenas más nefastas de la jornada, en la que acabaron a insultos. El futbolista argentino recriminó a su compañero una mala decisión durante la segunda mitad del partido y el mediocentro madrileño contestó: “Cállate la puta boca”. No ha trascendido lo que le dijo previamente Marcos Acuña, que se quejó de forma vehemente a Óscar Rodríguez.
Un episodio parecido protagonizó Diego Carlos, que fue expulsado en la segunda parte tras ver dos tarjetas amarillas. La primera la vio en un lace normal del juego, pero en la segunda dejó escapar el codo cuando ya había sido amonestado previamente. Esta jugada acabó en una tangana entre los futbolistas de los dos equipos.
La exigencia del Sevilla se está convirtiendo en una presión que la plantilla no está gestionando bien. Ahora el equipo nervionense tiene por delante un parón para reflexionar y seguir luchando por sus objetivos.