Benedicto XVI ha confiado al clero romano, al que ha encontrado en el aula Pablo VI del Vaticano, que, aunque se retira para la oración, estará cerca de ellos y para el mundo permanecerá "desaparecido".
El Papa, que ha agradecido el afecto de los obispos y sacerdotes italianos, ha sido recibido con ovaciones y aplausos por el clero romano en un encuentro en el que tradicionalmente improvisa un discurso y que este año se ha convertido en una de las últimas apariciones antes de su renuncia el próximo 28 de febrero a las 20.00 horas.
Al entrar, el Pontífice ha sido acompañado por el cántico 'Tu es Petrus'. Antes de comenzar, se ha encontrado a su vicario como obispo de Roma, el cardenal Agostino Vallini. El vicario ha solicitado a Benedicto XVI que exponga sus experiencias sobre el Concilio Vaticano II. Previamente, el clero romano ha orado ante la tumba de San Pedro.
En este sentido, el Papa ha destacado que en el momento de abordar el Concilio estaban "llenos de esperanza y de entusiasmo" y con voluntad de hacer su trabajo y con una gran expectativa porque no había sido abordado antes un Concilio de semejantes dimensiones. Así, ha explicado que el Concilio habla sobre Dios y que era primordial abrirlo para toda la gente.
"La Iglesia es una realidad vital que entra en mi alma --ha añadido--, y yo mismo como creyente soy elemento constitutivo de la Iglesia como tal. Nosotros somos la Iglesia".
Además, ha remarcado que los obispos unidos son la continuación de los doce apóstoles y, en este punto, ha subrayado que "sustancialmente no se trataba de poder".