Una treintena de activistas de Greenpeace han conseguido ocupar este lunes la central nuclear de Tricastin, en el sur de Francia, con el objetivo de reclamar al presidente galo, François Hollande, el cierre de esta central, que figura "entre las cinco más peligrosas de Francia", según han informado la propia organización ecologista en su página web y las autoridades y medios del país.
Los ocupantes se han subido a las infraestructuras que rodean los reactores para desplegar dos pancartas, una con una fotografía de François Hollande y con el lema "Presidente de la catástrofe", y la otra con la frase "Tricastin: accidente nuclear".
Las autoridades han desplegado medio centenar de gendarmes y un helicóptero para reducirlos y el Ministerio del Interior, citado por la TF1, ha informado de que de momento ya ha habido 17 detenciones y ha asegurado que los ocupantes "no han alcanzado las zonas sensibles de la central".
Una portavoz de la empresa EDF ha negado que los activistas hayan llegado a dos de los reactores, según Reuters. La misma portavoz ha precisado que, además de los 17 detenidos, el resto de ocupantes se han aferrado a las estructuras metálicas y a las escaleras de la central.
Los ministros del Interior, Manuel Valls, y de Medio Ambiente, Philippe Martin, han pedido "un informe de evaluación sobre las circunstancias" de la ocupación, ha añadido el Ministerio, citado por TF1.
Hollande se ha comprometido a recudir el porcentaje de la energía nuclear en el total de la producción eléctrica del país del 75 al 50 por ciento de aquí a 2025, lo cual, a juicio de Greenpeace, le obligaría a cerrar "al menos 20 reactores hasta 2020", según la responsable de la campaña antinuclear de la organización, Sophia Majnoni.
Asimismo, el presidente se ha comprometido a cerrar la planta nuclear más antigua del país, Fessenheim (cerca de la frontera con Alemania), en 2017. A juicio de Majnoni, "cerrar únicamente Fessenheim es una maniobra política" que "no permite alcanzar el objetivo presidencial" e ignora que "otras centrales son igualmente peligrosas".
Tricastin fue construida hace alrededor de treinta años y es la tercera planta más antigua de Francia. Según Greenpeace, también es "una de las que registran un mayor riesgo para la seguridad". "Al igual que Fessenheim, está expuesta al riesgo de posibles inundaciones y seísmos" y supone "un importante riesgo industrial --explosiones, nubes tóxicas-- porque se encuentra situada en uno de los mayores complejos nucleares y químicos de Francia".