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sociedad

El Papa propone encontrar el rostro de Dios en los más frágiles en vez de usar \"leyes y preceptos\"

\"No nos da dos fórmulas o dos prefectos sino dos rostros, es más uno solo: el de Dios que se refleja en tantos rostros, en el rostro de cada hermano, especialmente del más pequeño, más frágil e indefenso está presente la imagen misma de Dios\"

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  • PAPA -

El Papa ha propuesto encontrar el rostro de Dios en los más frágiles, pequeños e indefensos en vez de hacer uso de "leyes y preceptos" durante el Ángelus de este domingo.

   Asomado a la ventana de su estudio privado, en el Palacio Apostólico Vaticano el Papa ha afirmado que ante "los prefectos y prescripciones- las leyes de ayer y hoy" Jesús invita a buscar el rostro de Dios en los más débiles porque no se puede separar "la vida religiosa del servicio a los demás".

   "No nos da dos fórmulas o dos prefectos sino dos rostros, es más uno solo: el de Dios que se refleja en tantos rostros, en el rostro de cada hermano, especialmente del más pequeño, más frágil e indefenso está presente la imagen misma de Dios", ha expresado.

   Ante miles de fieles reunidos en la plaza de San Pedro el Papa ha inquirido: "¿Somos capaces de reconocer en él el rostro de Dios?".

   Por otro lado, ha comentado que "el amor es la medida de la fe y la fe es el alma del amor" al tiempo que ha recordado la Encíclica de Benedicto XVI "Dios es amor" para subrayar que el amor a Dios y a los demás son "inseparables y complementarios".

   Durante su catequesis, ha explicado que la Ley divina se resume en "el amor a Dios y al próximo". Ha relatado que es primer mandamiento "no porque esté en la cima del elenco de los mandamientos", ya que Jesús lo pone en el centro y no en lo alto "porque es el corazón desde donde debe partir y adonde debe volver". Así ha expresado que para ser santos hay que preocuparse de los más débiles "el extranjero, el huérfano o la viuda" como recoge el Antiguo Testamento.

   En este sentido, ha recordado que no se puede dividir la oración, los sacramentos, o el encuentro con Dios "de la escucha al otro, de la cercanía a su vida y a sus heridas". "No se puede amar a Dios sin amar a los demás y no se puede amar a los demás sin amar a Dios", ha exclamado.

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