El Papa Francisco ha afirmado que "sin un corazón purificado no se pueden tener manos verdaderamente limpias y labios que pronuncien palabras sinceras de amor, de misericordia, de perdón".
Durante el rezo del Ángelus el último domingo de agosto, el Pontífice ha manifestado que "el cumplimiento literal de los preceptos es estéril si no cambia el corazón y no se traduce en actos concretos".
Ante los fieles y peregrinos llegados de diferentes partes del mundo a la Plaza de San Pedro, el Obispo Roma ha invitado a estar atentos a considerar "que el cumplimiento exterior de la ley sea suficiente para ser buenos cristianos".
Según ha dicho el Papa, existe el riesgo "de considerarnos mejores de los demás por el solo hecho de seguir las reglas, las costumbres, incluso sino amamos al prójimo, somos duros de corazón y orgullosos".
"El cumplimiento literal de los preceptos es algo estéril sino cambia el corazón y no se traduce en actitudes concretas: abrirse al encuentro con Dios y a su Palabra, buscar la justicia y la paz, socorrer a los pobres, los débiles, los oprimidos", ha concretado.
En este sentido, el Papa Francisco ha señalado que "Jesús focaliza la atención en un aspecto más profundo y afirma que son las cosas que salen del corazón del hombre lo que lo hace impuro".