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La Defensora del Pueblo alerta sobre niños solos y desatendidos en la oficina de asilo de Melilla

A finales del mes de septiembre el personal del Defensor del Pueblo reevaluó la situación, "constató que la presencia de menores de edad en las citadas dependencias no era puntual" y comprobó que "las solicitudes de mujeres y niños suponían un 55% de las formuladas"

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La Defensora del Pueblo ha pedido sin éxito a la Secretaría General de Inmigración y Emigración (Ministerio de Empleo) que tome medidas para asistir debidamente a los niños que solos o en compañía de alguno de sus progenitores llegan a la oficina de asilo situada en el puesto fronterizo de Beni Enzar, en Melilla, donde la institución ha constatado que los menores permanecen sin compañía de ningún adulto, que no hay comida suficiente ni asistencia social.

   Según expone el informe anual de la Alta Institución, en dos visitas giradas a la oficina de asilo durante el año pasado "se observó con preocupación el importante número de familias con niños y el creciente número de menores no acompañados que accedían al puesto fronterizo para solicitar asilo y la inadecuación de las instalaciones habilitadas para la espera hasta que se procedía la formalización de la solicitud".

   La Oficina de la Defensora "dio inmediato traslado de esta situación a la Secretaría General de Inmigración y Emigración y propuso que, con carácter urgente, se gestionara la presencia de una organización humanitaria que apoyara la labor policial desde el primer momento" pero, tal y como explica el informe, "respondió comunicando que consideraba suficiente la atención que recibían los solicitantes" y que el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) proporcionaba la manutención.

   Sin embargo, a finales del mes de septiembre el personal del Defensor del Pueblo reevaluó la situación, "constató que la presencia de menores de edad en las citadas dependencias no era puntual" y comprobó que "las solicitudes de mujeres y niños suponían un 55% de las formuladas". Realizó dos visitas a la oficina de asilo, una por la mañana y otra por la noche.

   "En ambas ocasiones se comprobó que el frigorífico de la sala de espera estaba vacío y que los niños que allí se encontraban no estaban acompañados de ningún adulto mientras que sus progenitores formalizaban la solicitud de asilo", relata el informe de la Defensora del Pueblo.

   Señala además que "se comprobó que una niña de unos cinco años de edad acompañaba a su padre en la entrevista ya que no había querido separarse de él". "De manera particular, la funcionaria del Cuerpo Nacional de Policía que realizaba la entrevista había adquirido unos cuadernos y lápices de colores (...) para evitar, en la medida de lo posible, que la menor tuviese que revivir la historia contada por su padre", expone.

   Confirmó así "la necesidad urgente de que los solicitantes contaran con asistencia social especializada considerando el alto número de menores que llegaban al puesto fronterizo, la situación de angustia que presentaban los recién llegados fruto de su largo trayecto, el importante número de personas que tenía necesidades médicas y la frecuente presencia de menores no acompañados". También comprobó que los acuerdos de colaboración para la manutención, eran "insuficientes".

   De todo ello dio traslado por segunda vez a la Secretaría General de Inmigración que dirige ahora en funciones Marina del Corral y cuya respuesta fue de nuevo rechazar la recomendación de la Defensora del Pueblo, institución que "reiterará" su contenido porque entiende que la respuesta recibida de este departamento "no tiene en cuenta las consideraciones formuladas".

   También para las oficinas de asilo emitió una recomendación al Ministerio del Interior, que fue rechazada, a fin de que trasladase personal especializado de la Oficina de Asilo y Refugio que pudiera agilizar las solicitudes. La Defensora afirma que el personal allí "es insuficiente", como lo es, a su juicio, "el número de funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía que han recibido formación específica".

   En cuanto al CETI de Melilla en sí, también responsabilidad de esa Secretaría General, si bien destaca mejoras como en los esfuerzos para agilizar los traslados a la Península, constata no obstante "cuestiones no resueltas" que "son motivo de preocupación", en particular "la presencia sostenida de un alto número de menores de edad en el CETI de Melilla, que en algunos meses de 2015 ha superado la capacidad teórica total del centro, así como de personas con discapacidades físicas severas".

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