Un jurado popular juzgará este lunes al acusado de acabar con la vida de su expareja, el 31 de julio de 2015 en Palma, tras acceder de forma sorpresiva a la vivienda de la víctima, a quien asestó dos puñaladas en la región cervical con un cuchillo de grandes dimensiones después de que la mujer, de 33 años, se negara a mantener relaciones sexuales con él.
El encausado, quien reconoció los hechos durante la instrucción de la causa, se enfrenta a una petición de diez años de prisión por un delito de homicidio y otros dos por allanamiento. El Ministerio Público reclama además que le sea prohibido acercarse a menos de 500 metros a los padres de la víctima durante once años.
Los hechos tuvieron lugar cuando, de madrugada, Jaume S.F., en prisión preventiva desde entonces, se dirigió al domicilio de su excompañera sentimental, en el camino de Sant Jordi. Para evitar ser visto por ella y tras aparcar su vehículo en las proximidades, atravesó varias parcelas hasta encontrarse en la parte trasera de la vivienda, por cuya terraza accedió a sabiendas de que la víctima dejaba las puertas abiertas en verano.
Una vez dentro, relata el Ministerio Público en su escrito de calificación, el acusado sorprendió a la mujer, quien no le esperaba ni le había dado autorización para entrar, e intentó mantener relaciones con ella. La negativa de ésta llevó a Jaume S.F. a forcejear con la víctima en el dormitorio durante el cual, con intención de matarla, le produjo con el cuchillo diversas heridas punzantes.
La mujer intentó defenderse de las agresiones hasta que finalmente el acusado le asestó dos puñaladas, la primera de las cuales le produjo la apertura de la laringe y la segunda le seccionó la pared lateral de ésta, lo que le ocasionó una hemorragia masiva y la muerte.
Con anterioridad al señalamiento de la vista oral, el inculpado indemnizó a los padres de la víctima con 100.000 euros para resarcir los daños causados. La Fiscalía pide que se le apliquen la agravante de parentesco y la atenuante de reparación del daño.
