Ya sabemos que no todas las mesas de blackjack son iguales, pero a veces nos llegan alguna historia que parece sacada directamente de una película.
¿Qué harías si tuvieras 18 años, una mente maravillosa y una facilidad innata para comprender las matemáticas? Lo más habitual es que aproveches todo este conocimiento para cursar una carrera y acceder al trabajo de tus sueños. Pero hay personas más ambiciosas que no se conforman con lo que busca todo el mundo.
Y un buen ejemplo de ello lo tenemos en la curiosa historia de Bill Kaplan.
Bill Kaplan estaba esperando a la edad legal para poder jugar el blackjack (a los 18 años). Mientras tanto no perdió el tiempo, sino que estuvo estudiando un método infalible para vencer a este juego. En concreto, leía el libro Beat the Dealer: a Winning Strategy for the Game of Twenty-One (que, a día de hoy, todavía sigue siendo altamente recomendable).
Kaplan no solo se quedó con el método, también lo perfeccionó para crear un programa propio que todavía se sigue utilizando.
La experiencia de Kaplan en las Vegas
Kaplan fue a las Vegas con la idea de invertir únicamente 1000 dólares. El método funcionó, y pronto convertiría esta cantidad de dinero en 35 000 dólares. Con un rendimiento de x35, se dio por satisfecho y decidió estudiar en Harvard.
Sin embargo, su historia no había hecho más que empezar.
Su proeza llegó más lejos de lo que habría esperado, en concreto alcanzaría los oídos de J.P Massar, un hombre que tenía a su propio equipo de jugadores de las Vegas. Fue entonces cuando contactó con Kaplan con el objetivo de hacerle una propuesta: viajar a Atlantic City para investigar la forma de jugar del equipo. Una vez la conociera, tendría que identificar los fallos y comunicarlos. Así, Massar pensaba crear la estrategia definitiva.
Bill Kaplan aceptó el desafío, pero impondría una serie de condiciones.
La primera es que el equipo de Massar tendría que olvidarse por completo del método que habían seguido hasta el momento. Todos tendrían que seguir el método de Kaplan y actuar como un equipo.
Además, también había una condición muy interesante: exigió que se llevase un registro sobre cada una de las partidas que se iniciasen en las Vegas, la cantidad de juegos, la estrategia que se había seguido, y otros datos de interés.
La razón de ser de dicho registro era controlar las ganancias, evitando que algún miembro del equipo se quedase con dinero que no le correspondiese. Además, también ayudaba a tener un control para escapar de las medidas restrictivas de los casinos.
Fue ese momento en el que se fundaría el MIT Blackjack Team.
¿Cómo desplumó el MIT Blackjack Team a la banca?
El método se basaba principalmente en el conteo de cartas.
Las cartas más altas son favorables para la banca, mientras que las más bajas son favorables para el jugador. Obviamente, si se conocen las cartas que todavía están por salir, se sabrá el mejor momento en el que apostar.
Es evidente que esto es un simple resumen del método, y que requería de mucha disciplina mental para llevarlo a cabo. Además, nunca hay que olvidar que el factor suerte siempre estaba presente.
Más adelante, algunos miembros del equipo reconocieron que también seguían otras estrategias, como el conteo de ases (que requería de memorizar las cartas que habían salido en la última mano para determinar cuándo podría salir el próximo as), o el conteo de la baraja entera.
En cualquier caso, es innegable que el método funcionaba: les permitía embolsarse unos 162,5 $ cada hora.
El principal enemigo eran las cámaras y, por aquel entonces, todos los casinos del lugar conocían a Kaplan y sus métodos. Por ello, el equipo empezó a trabajar con un total de 35 miembros.
Fundación de Strategic Investments
Fue entonces cuando llegaron los megacasinos y esto fue la oportunidad de oro para Kaplan. En el año 1992, Kaplan, Massar y un estudiante de Harvard llamando John Chang deciden fundar una empresa llamada Strategic Investments.
¿Su objetivo? Formar y crear grupos que se encargaban de arrasar en mesas de blackjack de a lo largo de Estados Unidos. Esta entidad podría llegar a sacar grandes cantidades de dinero, que rozaban los 40 000 dólares.
Y aunque las cifras fueron siempre positivas, también es verdad que había muchas manos en las que repartir las ganancias.
Por ello, en el año 1993, tan solo un año y medio después de fundarse la empresa, esta quedó disuelta y se repartieron los beneficios obtenidos.
Kaplan decidió extenderse hacia el sector inmobiliario después de determinar qué le saldría mucho más rentable.
A día de hoy son muchos los que han intentado repetir, sin éxito, la estrategia que siguió el MIT blackjack Team para conseguir tanto dinero en tan poco tiempo.