Aunque firmó sus obras bajo los seudónimos de Elio Antonio de Nebrija, Elio Antonio de Aelius, Antonius Nebrissen, Antonius Lebrisen y Antonio de Lebrija, su verdadero nombre era el de Antonio Martínez de Cala e Hinojosa, aunque hay divergencias respecto al segundo apellido, por lo que no es raro encontrar en su lugar el de Jarava o Xarana. La razón por la que el humanista anexionó a su nombre de pila el patronímico Nebrija fue que había nacido en 1444 en la antigua población de Nebrissa Veneria, hoy Lebrija, en la provincia de Sevilla. Hijo de Juan y Catalina, fue el segundo de cinco hermanos.
A la edad de 15 años inició sus estudios en la Universidad de Salamanca, donde cursó humanidades, y cuatro años después se graduó en Retórica y Gramática. Tras recibir el Diploma, marchó a Italia para especializarse en griego y latín en el Colegio San Clemente de Bolonia. Posteriormente amplió estudios en la Universidad de Bolonia, donde siguió cursos de Teología, Medicina, Derecho y Cosmografía, además de las asignaturas comunes en toda universidad de la época.
Regresó a España en 1470 y trabajó a las órdenes del arzobispo de Sevilla, Alonso de Fonseca, impartiendo clases en la capilla de la Granada, ubicada en el patio de los Naranjos de la Catedral hispalense. En 1473 contrajo matrimonio con doña Isabel de Solís Maldonado, con quien tuvo siete hijos, de los cuales seis eran varones. Dos años más tarde ocupó un cargo de docente en la Universidad de Salamanca, donde enseñó latín y escribió sus famosas "Introducciones latinas", que vino a ser el texto oficial del latín en todas las escuelas hasta el siglo XIX.
Por desavenencias con sus compañeros de claustro, éstos intentaron expulsarlo de la Universidad, pero obtuvo el apoyo del Maestre de la Orden de Alcántara, don Juan de Zúñiga, para el que prestó servicios. En 1502 recibió el encargo de corregir la Biblia Políglota Complutense, trabajo que hubo de abandonar debido a su enfrentamiento con los teólogos del equipo, que estimaban los comentarios de Nebrija contrarios al espíritu de la Vulgata. Regresa en 1505 a la Universidad de Salamanca, donde continúan los enfrentamientos con sus colegas, y en 1509 decide trasladarse a Sevilla, de donde cuatro años después es llamado por el cardenal Cisneros para ocupar la cátedra de Retórica de la recién fundada Universidad de Alcalá de Henares. Aquí dio conclusión a sus léxicos y gramáticas y falleció el 5 de julio de 1522.
Las obras más conocidas de Antonio de Nebrija son: "Gramática castellana", "Introducciones latinas", "Diccionario latino-español", "Vocabulario español-latino", "Reglas de ortografía española" y "Reglas de ortografía en la lengua castellana", aunque también escribió sobre materias tan dispares como pedagogía, teología, arqueología, cosmografía, botánica, pesas y medidas y numeración.
La "Gramática castellana" de Lebrija fue la primera de las producidas en lengua vernácula. Su ortografía, prosodia, etimología y sintaxis fueron los pilares de gramáticas posteriores, incluída la de la Real Academia de la Lengua. Su influencia alcanza nuestros días. Aún dividimos la oración en partes como: nombre, verbo, adverbio, preposición, conjunción, etc., tal como estableció Nebrija en 1492. Se adelantó a su tiempo al intuir que la lengua castellana llegaría a ser universal, a pesar de que en su opinión el castellano nació de un latín corrompido que trajeron los godos, influído por otras lenguas. No solamente defendió el castellano, sino que hizo particular hincapié en el latín clásico, que en su opinión se había degradado durante la Edad Media. En el prólogo de su Diccionario escribe que el objetivo del mismo es mejorar el conocimiento del latín entre las personas cultas.
La gloria de las letras castellanas que fue Antonio de Nebrija, a quien su localidad natal sevillana levantó su justo monumento, también goza de la merecida vía pública que el pueblo de Torremolinos dedicó a su ínclita memoria.