El Refugio se ha adherido a la petición de la Fiscalía de Málaga y ha solicitado cuatro años de prisión para la presidenta de la protectora Parque Animal de Torremolinos por el sacrificio de unos 2.200 animales.
El fiscal, inicialmente, acusa a la responsable de este colectivo de los delitos continuados de maltrato animal e intrusismo profesional, por los que también acusa a un empleado de la protectora, éste en calidad de cooperador necesario. Además, a la responsable de Parque Animal se le acusa de un delito continuado de falsedad en documento oficial cometido por un particular.
Desde El Refugio han reclamado también tres años de inhabilitación para la responsable para profesión u oficio con animales y un año para el encargado de mantenimiento y limpieza.
En un comunicado han destacado que tras la "laboriosa" investigación del Seprona de la Guardia Civil de Torremolinos, con una inspección de las instalaciones de Parque Animal que supuso la detención de la presidenta y la imputación de varios colaboradores; además de la instrucción "lenta pero segura" por parte del Juzgado de Instrucción número 5 de la localidad, se abra el proceso de acusación.
El presidente de El Refugio, Nacho Paunero, ha incidido en la actuación del Seprona y ha agradecido la instrucción del juzgado. Además, ha destacado que, como acusación, están "felices de poder sentar en el banquillo de los acusados a estos dos presuntos maltratadores".
Han recordado que desde principios del año 2008 y al menos hasta el 8 de octubre de 2010, los acusados, que al parecer impartían las instrucciones y ejecutaban materialmente los hechos, "han venido supuestamente sacrificando animales domésticos de los recogidos en la asociación, de forma masiva e injustificada, con la exclusiva finalidad supuestamente de reducir los costes y dedicar las instalaciones con preferencia a los fines privados (de pago)".
Estos sacrificios "masivos" supuestamente los llevaban a cabo los propios acusados, "sin control veterinario de ninguna clase, administrando la acusada de su propia mano, los productos eutanásicos los animales, sin tener los conocimientos veterinarios precisos para ello, supuestamente suministrando dosis del producto por debajo de lo indicado en el prospecto, pero suficiente para producir la muerte e inyectando los productos de forma inexperta, por vía distinta a la intravenosa, como viene prescrito, y sin sedación previa".
De esta forma, han continuado desde El Refugio, coincidiendo con el escrito de acusación de la Fiscalía, se sometía a los animales a "una lenta y dolorosa agonía, totalmente injustificada y supuestamente conocida por los acusados, pues se retorcían de dolor a su vista durante horas".
"Estas auténticas sesiones de exterminio se realizaban sobre animales normalmente sanos, jóvenes en muchas de las ocasiones, algunos de ellos entregados en el centro tan solo días e incluso horas antes y sin que hubiese causa que justificase su muerte, salvo la falta de espacio en el centro y la prioridad que la acusada daba supuestamente a sus fines privados", han recalcado, añadiendo que se calcula la muerte de aproximadamente 2.183 animales.