En un encuentro anual de jóvenes investigadores fuera de las fronteras españolas, el seminario 'Avances en Biología Molecular para Jóvenes Investigadores en el extranjero', organizado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y celebrado hoy en Madrid, hasta 23 científicos han expuesto el estado actual de sus trabajos en materias como biología celular, inmunología, virología o microbiología.
El científico español de 31 años y miembro del Children Hospital de Boston, César Nombela Arrieta, explicó que en la carrera investigadora actual "conviene cambiar de país" para poder formarse. En este sentido, explicó que reside en el extranjero desde hace dos años y medio y que, aunque tiene "muchas ganas de volver", es difícil regresar a España.
"Las oportunidades para la vuelta, una vez formado, son poquísimas. Hay muy poca oferta en España y es difícil, sobre todo para los jóvenes que empezamos y además, estos últimos años es peor. Aunque se compensa un poco con las becas Ramón y Cajal", explicó.
Estas becas, concedidas por el Ministerio de Ciencia e Innovación, son una de las "pocas oportunidades" con las que cuentan los jóvenes científicos españoles, según apuntó Nombela. En concreto, suponen una contratación para aquellos que hayan obtenido el grado de doctor y que hayan presentado una línea de investigación a desarrollar, a través de ayudas cofinanciadas gradual y progresivamente por las instituciones receptoras.
Este científico español, que trabaja con células madre adultas, afirmó que en el extranjero se tiene "buen concepto" de la investigación española, aunque "bastante malo" del esfuerzo económico que han desarrollado los gobiernos españoles en la materia.
"Viendo que en tiempos de crisis no se trata de aumentar los recursos y además, en un país como España, en el que se decía que se iba a apostar por ello, se ve muy mal que haya un recorte tan fuerte. Somos muchos investigadores fuera y cuando uno trata de volver las condiciones son un paso atrás en cuestión de independencia y de dinero", agregó.
Por su parte, Nacho Molina, de 30 años y que desde hace cinco años se encuentra en Suiza en la Escuela Politécnica Federal del país, indicó que se marchó porque en España es "muy difícil" conseguir un contrato y las condiciones necesarias para desarrollar una carrera científica en condiciones.
"Allí tienes un contrato con seguridad social. Eres un trabajador más de la universidad, cuentas con una pensión. Las entrevistas son con tu futuro jefe y no hace falta pedir una beca al ministerio", explicó este joven científico que estudia mecanismos básicos de las células.
En este sentido, apuntó que volver a España en la mayor parte de los casos supone un retroceso al no conseguir desarrollar la actividad investigadora al mismo nivel científico. "Faltan salarios, ayudas para desarrollar tus proyectos, posibilidades de futuro para conseguir una plaza. Aunque todo esto está cambiando gracias a las ayudas europeas para montar tu propio laboratorio y las Ramón y Cajal", apuntó.
No obstante, Molina, subrayó que antes de la crisis había una "buena sensación" con España, porque se creaban centros nuevos, desligados de viejos organismos, y se copiaban los sistemas científicos europeos y norteamericanos, como ocurrió, según apuntó, con el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). "Ahora con la crisis y recortando fondos, España ya no es un destino atractivo para los investigadores", puntualizó.
No cambia el estatus
La investigadora española de 32 años del Instituto Uldrich de Investigación del Cáncer en San Diego (California, Estados Unidos), María del Mar Inda, comentó que volver a trabajar a España supone regresar a un estatus igual que el que se tenía al marcharse de España: "Te vas como post-doc y vuelves igual. Cobrando unos salarios muy bajos para la situación y experiencia que tenemos. Sin ser realmente un empleo, con becas o contratos temporales bastante malos".
Así, indicó que en España es necesario que se promueva más la investigación, así como las donaciones de empresas o particulares para la materia, y para crear más centros de investigación y establecer una carrera "que no sea como un becario sino un trabajo", apuntó.
De esta forma, resaltó que le "da pena" la situación de España. A su juicio, no está "bien vista" la figura del investigador. "Todos dependemos de que haya una investigación en la industria para beneficiarnos. Es bastante triste que no se impulse porque es para el bien de los ciudadanos. Hay mucha gente que en el extranjero está en condiciones laborales mejores que en España y la nueva Ley de la Ciencia igual es una oportunidad para cambiarlo", concluyó.