La barriada de la Juliana vivió el miércoles por la tarde uno de esos días que tardan mucho en olvidarse.
Según ha denunciado Julio Valentín, su esposa, una humilde trabajadora de un bar que ambos regentan, ha pasado las últimas horas en el calabozo de la Policía Nacional y aún se explica “el por qué”.
Según la versión ofrecida a este medio, todo ocurrió “cuando la Policía quiso identificar a un chaval del barrio, que es esquizofrénico, y no llevaba el carné”. En su relato, Valentín explicó que “se lo quisieron llevar a Comisaría y su padre y su hermano, también enfermo, que estaban jugando a las cartas en el bar -otro distinto- salieron a impedirlo”.
En ese momento “hubo una reyerta, con golpes por parte y parte” y fue ahí “cuando mi mujer pasaba por ahí y al ver que uno de los agentes estaba pegando con la porra en la cabeza a uno de los chavales que estaba en el suelo le dijo “no pegarle más (sic), no veis que no está bien de la cabeza” y asegura que el agente le dijo que se detuviese. “Ella siguió andando y otro agente la siguió corriendo y le puso los grilletes por, según me han dicho, obstruir a la justicia”, indicó.
Este medio se puso en contacto con fuentes oficiales de la Policía Nacional, que remitieron a una próxima nota oficial en la que darán su versión. Fuentes no oficiales indicaron, en cualquier caso, que lo ocurrido es muy diferente a lo relatado por Valentín.