Benaoján no tuvo una vida política tranquila. No ha sido el suyo un pueblo donde se repitiese el tradicional patrón de los pueblos serranos, de gobiernos socialistas con mayorías más o menos afianzadas desde la transición, garantes de cierta estabilidad no sólo política sino incluso emocional. Pactos de diversa índole, en algunos casos de difícil composición, se sucedieron en una localidad con diferencias enquistadas desde antaño, donde luchas intestinas de poder con iguales caras han llevado a una total división no sólo de sus políticos, sino de todos sus habitantes, evidenciada tras los hechos de estos días.
El actual alcalde, Francisco Gómez, comenzó a militar en política en 1.972, en el entonces clandestino Partido Comunista de España. Tras morir el dictador, en 1.979 se convirtió en el concejal del PCE en Benaoján, si bien llegaría al poder en la siguiente legislatura, cuando sumó los 2 concejales que consiguió en aquellas segundas elecciones locales a los 3 ediles que obtuvo el PSOE. Al final de ese mandato, tras las dimisiones de hasta dos alcaldes socialistas, Francisco Gómez, teniente de alcalde hasta ese momento por el acuerdo de Gobierno firmado al inicio de legislatura, se convirtió en el alcalde de Benaoján. El controvertido político fue miembro de los comités comarcal y provincial del PCE en aquellos tiempos.
Las distintas escisiones en el Partido Comunista le llevaron a militar en el Partido de los Trabajadores de España (PTE), encabezando una candidatura en Benaoján bajo estas siglas en 1.987. Volvió a sumar los dos concejales que consiguió a los dos ediles que obtuvo entonces el PSOE. Cuando en 1.991 desapareció el PTE, tras pasar la mayoría de la militancia benaojana al PSOE, Gómez decidió mantenerse al margen, si bien mantuvo sus apoyos a los socialistas en el Gobierno local.
La hasta entonces tradicional alianza de Gómez con el partido fundado por Pablo Iglesias contrasta con el enfrentamiento abierto hoy día entre ambas partes, que tiene su explicación tras la reaparición del alcalde en la política en el año 2007. Aquel mandato comenzó con la hoy portavoz de la oposición y denunciante de los modos del alcalde, Soraya García (PSOE), siendo alcaldesa. Sumó sus dos concejales a los cuatro que consiguió IU y una edil del PP. En la oposición quedaron Gómez y el concejal de otro partido independiente. En octubre de ese 2009, se firmó una moción de censura contra Soraya García, que llevó a Gómez a la Alcaldía, mandando con su único concejal un equipo de otros seis ediles y hasta cuatro formaciones.
Tras las elecciones de 2011, la llamada Agrupación Independiente Progresista de Benaoján (AIPB) de Francisco Gómez consiguió de nuevo la vara de mando del Ayuntamiento, esta vez con un acuerdo firmado desde el inicio del mandato con PP e Izquierda Unida. Pero su gobierno ha dejado de ser estable tras que uno de los ediles de Gómez se pasara a la oposición, quedando su gobierno en minoría y teniendo la oposición un poder que complica ese Gobierno.
“Modestamente colaboré en la transición todo lo que pude, y por eso me molesta que me asocien con actitudes dictatoriales”, defendió el veterano alcalde benaojano tras la polémica de estos días.
