"Lo más gratificante es seguir haciendo y poder crear un nuevo trabajo. Son nuevas preguntas que te haces y nuevas preguntas que te respondes, no decir yo hice, sino las cosas que estoy haciendo. Eso es lo más gratificante que hay”. Campuzano, actor de vocación y profesión, profesional libre donde los haya, fundador del Teatro La Zaranda, Teatro Inestable de Andalucía la Baja, y mañana sábado director de la obra Soníos Negros con el que la Compañía de María del Mar Moreno cerrará el Festival de Jerez en el Teatro Villamarta. Una apuesta importante y valiente con la presencia de Antonio Malena, Manuel Malena y El Tolo en el cante; las sonantes de Santiago Moreno y Antonio Malena hijo, las palmas de Ale de Gitanería y Javier Peña, la presencia de las actrices Ana Oliva y María Duarte, la dramaturgia y el guión de Francisco Sánchez Múgica y el baile de María del Mar Moreno.
–Claro que es una apuesta importante. Y como director, como alguien que hace algo por primera vez se tiene ese cosquilleo o como se diga, pero, sobre todas las cosas lo que estoy es encantado es de trabajar con María del Mar que es una gran artista, con mucha sensibilidad. Los ensayos han ido de una forma fenomenal, porque la verdad es que hay un equipo muy bueno. Lo digo porque es la realidad. No estoy regalando nada a nadie. Por eso, en estos momentos tengo una gran ilusión y estoy muy contento con la idea y esperando que llegue el día 7 que será la puesta en escena y que será el colofón a todo el trabajo que hemos venido realizando en los últimos meses.
¿Cómo surgió el encuentro con María del Mar Moreno y con Soníos Negros?
–En mi cabeza tenía la idea desde hace tiempo y se la comenté a Paco Sánchez Múgica, para ver si se podía hacer algo al respecto, cómo nos podíamos mover. Paco se implicó desde el primer momento, realizamos los primeros bocetos de textos y empezamos a trabajar, a mover textos, a confeccionar las escenas y finalmente ha salido lo que pretendíamos. Solo puedo hablar maravillas de todos los que componen el equipo, de Santi o de Antonio Malena hijo en las guitarras o de Antonio y Manuel Malena o de El Tolo en el cante, de las palmas de Ale y Javi Peña y tengo que incluir lógicamente a las actrices, a Ana Oliva y a María Duarte. Todos han hecho un trabajo magnífico al que solo le hace falta repetir, pulir los últimos detalles antes de que las cortinas del escenario del Villamarta se abran. Ya está todo hecho, no hay que hacer nada más. Solo que todo salga como se ha trabajado.
Me decía que era su primera experiencia como director.
–De un espectáculo flamenco, sí. Ella, María del Mar Moreno, va a dirigir propiamente lo que es el flamenco y las demás facetas y la puesta en escena del espectáculo me corresponden a mí.
usted también le corresponderá sostener los nervios del debut.
–Si le digo la verdad no estoy nervioso. Tenga en cuenta que era algo que tenía muy pensado y sabiendo además lo que quería hacer y lo que podíamos hacer respecto a las escenas y a todos los niveles. Después llegará la respuesta del público o de la crítica, pero yo estoy seguro que se trata de un gran espectáculo, de que está muy logrado,muy trabajado y confío ciegamente en que llegue a la gente.
Un gran espectáculo que cierra un Festival que está caminando por los senderos del éxito y dedicado a un cantaor enorme, como Manuel Torre...
–Sobre todo hay que destacar eso, que se va a hablar de un cantaor que ha sido muy importante. Un cantaor puro y por eso hay dos personas a las que, sinceramente, les quiero dedicar este espectáculo o de las que me tengo que acordar forzosamente en estos momentos como son Juan, Juanito Sánchez, y Diego Rubichi. A Juanito por lo que al teatro hace referencia porque fue quien me enseñó a amarlo, a quererlo, a aprenderlo y a Diego en el flamenco porque era todo pureza. Teatro puro y flamenco puro fue lo que ambos me enseñaron. Pureza de ambos sin más es lo que me han transmitido.
¿Quizá repita experiencia?
–En eso estamos. Vamos a ver lo que dice la gente, cómo responde el público y ya veremos cómo fluyen las ideas y qué podemos hacer. No estoy en absoluto cerrado a nada.
Gaspar es artista de nacimiento y en estos momentos se encuentra a caballo entre Soníos Negros y su nuevo trabajo con La Zaranda, El grito en el cielo, de Eusebio Calonge.
–Ahí estamos con este espectáculo nuevo. La Zaranda es mi vida. No puedo decir otra cosa.
Casi cuarenta años os contemplan en esta aventura.
–Una aventura que es maravillosa. Yo no cambiaría mi vida absolutamente por nada. Es una experiencia impresionante. Tenemos claro una cosa que ricos no nos vamos a hacer, pero la experiencia de mi vida no me la hubiese imaginado nunca ni mis vivencias, esto es algo que no se puede describir. n