Piratas, vikingos, policías, pájaros, pitufos, bandoleros, arlequines, políticos, banqueros, perros, gatos, doctores y enfermeras…, hasta 'Pablos' Iglesia y su fenómeno Podemos. Todos han querido ser por un día, o por una tarde y una noche, el personaje deseado, o el reciclado de otros años según se mire. Pero en cualquier caso, la cabalgata de Carnaval de Arcos ha sido una vez más un auténtico estallido de colorido en las calles, una caravana de emociones y alegrías, y una escenificación del otro yo que todos llevamos dentro.
La desapacible lluvia del sábado dio la tregua esperada justo a la hora de salida de la cabalgata de la plaza de La Caridad. A eso de las cinco de la tarde, las diez carrozas que tomaron parte en el recorrido ya se encontraban alineadas dispuestas a partir hacia el casco antiguo, pero primero tocaba exhibirse en María Auxiliadora. Y así resultó, inicialmente con cientos de personas disfrazadas en torno a las carrozas y prestas para el pasacalles. Luego, en el casco antiguo y en la calle Corredera, se sumaron más cientos disfraces para finalmente ser miles los que poblaron las calles.
En el cortejo destacaron los dos grupos de baile que abrían el desfile, entre ellos la agrupación de baile de Mari Barba y algunos músicos de bandas de cornetas y tambores que se prestaron a poner música al pasacalles, así como las carrozas que trasladaron cómodamente a unas entregadas molineras y damas del Carnaval que habrán terminado cansadísimas de tanta serpentina arrojar al público. El resto de las carrozas fueron, como cabía de esperar, verdaderas discotecas al aire libre que incitaban a bailar sin parar.
La cabalgata transcurrió bajo las habituales y lógicas medidas de seguridad, con los vehículos de Protección Civil y Policía Local abriendo el cortejo, y los voluntarios del primer cuerpo ayudando entre el público a abrir paso a las carrozas y la interminable hilera de disfraces.
El punto negro de la cabalgata fue el percance provocado por un tractor que quedó cruzado literalmente en la calle Corredera al fallarle presumiblemente el freno del remolque. Afortunadamente, la pericia del conductor hizo que no ocurriera ninguna desgracia.
Por lo demás, fueron varias las atenciones por parte de los servicios sanitarios ante casos de intoxicación etílica.
El alcalde de Arcos, José Luis Núñez, ha realizado una valoración muy positiva de la cabalgata por la elevada participación de vecinos disfrazados, hasta el punto de asegurar que la de 2015 ha sido una de las cabalgatas más concurridas de público. Igualmente, ha felicitado públicamente a las distintas fuerzas y cuerpos de seguridad que intervinieron en el dispositivo, señalando en este sentido lo positiva que fue la última reunión de la Junta local de Seguridad. Sin embargo, manifestó que los pequeños indicentes que se hayan podido producir no son imputables al Ayuntamiento, sino al comportamiento general de las personas.
Sin embargo, dejó caer en un momento de su balance que se podría estudiar para ediciones venideras, tanto de esta como de otras fiestas, el uso de tractores por el peligro que comporta para la seguridad pública, sobre todo a su paso por las calles del casco antiguo, donde el riesgo de atropello se multiplica.