Luis Miguel Morales | Las Concejalías portuenses van camino de convertirse en un trabajo a tiempo parcial visto lo visto. Nuevos cambios los que se han tenido que introducir en el organigrama del equipo de Gobierno. Obligados. Un tetris en toda regla, amigo Pedregal. Nivel 5.
Un puzzle que hay que encajar cada vez que hay un cese o una dimisión en ciernes. Aprovechar y hacer un dos por uno.
Una ocasión perfecta para volver a diseñar un organigrama que cada vez más está pidiendo a gritos llegar a la línea de meta cuanto antes. Cumplir y llegar al final de la legislatura. Después, lo que venga, pero acabar ya. Cuanto antes mejor.
Exhaustos y cansados llegan al ecuador de la legislatura con la imagen de un sobreesfuerzo consumado. Y lo más frustrante, que de poco o nada parece estar valiendo.
La nueva foto de familia va rotando y cambiando como cromos. “Ahora me toca a mí aquí y mañana a ti”. El despiste traspasa ya los despachos de la Alcaldía, perdiendo ya la noción de quién es el concejal responsable de tal o cuál Área.
Lo que yo te diga, Pedregal, un tetris en toda regla. Ni se entiende ni se explica.
Al igual que en un entrenador de fútbol que no da con la tecla, los cambios continúan con el partido ya comenzado y cuesta arriba. Y lo que es peor, que los cambios no aventuran ni aseguran un mejor funcionamiento. Al tiempo. Con decirte que Deportes va ya en dos años por el tercer concejal. A saber, Luque, Chacón y Arias y los tres de tres formaciones distintas. Confirmación de que no hay ni ha habido un perfil tipo para su designación. El primero que pase y “pa ti”.
Para record y para medalla. ¿Casual que el césped de la Ciudad Deportiva llegue con meses de retrasos o que el ascensor de la Angelita Alta un año después de su inauguración (y con varios desde su acabado) aún no esté funcionando? Casualidades Quique, solo simples casualidades.
Comercio vuelve por sus fueros. Más cambios. Como si de unas rebajas se trataran, encontrar la línea de trabajo debe ser complicado de ejecutar y de continuar sin que se pierda uno por el camino. Nada tiene que ver con los que en un principio fueron designados.
Chicos para todo es lo que se está convirtiendo los concejales portuenses, que lo mismo comandan Fiestas como a la siguiente semana valen para Turismo.
Si de verdad todo se estuviese haciendo tan bien cómo unos nos dicen y otros nos escriben, ¿por qué tras dos años hay tantos y tantos cambios? Normal no es y por tanto la anormalidad se debe quedar reflejada en cada movimiento.
El relevo retrasará y ahondará mucho más en los temas atrasados. Ni que decir tiene que Urbanismo con el cambio de concejales de Fernández (IU) por Quintana (PSOE) ya hay más hilo directo para que la Autoridad Portuaria no encuentre más chinas en el zapato para ejecutar la subasta más pronto que tarde los terrenos de La Puntilla.
Como que una de las Concejalías más importantes (o la que más) pase a manos de un concejal que acumula críticas y más críticas por su gestión y al que se le acaba cual gestionar.
Así nos va, que mientras rotamos y cambiamos se nos olvida que hay que vender las bondades de la ciudad en Fitur.
Buen viaje y mejor venta.
Quique Pedregal | Valga por delante, amigo Luismi, que mi intención no es ofender, ni mucho menos poner en la diana a nadie, pero me surge una pregunta: ¿son necesarios los concejales para gobernar o la ciudad caminaría sola sin necesidad de ellos?
Es decir, ¿los técnicos son capaces de asegurar el buen funcionamiento de nuestra localidad por sí solos?
Un concejal puede estar de baja o de vacaciones y todo sigue funcionando, de ahí que, querido Luismi, la silla que caliente uno u otro va a dar lo mismo. Y eso creo que es lo que pasa: o se realiza una reforma profunda de las áreas municipales de gobierno, adecuando a cada funcionario al puesto para el que está más cualificado, o vamos a seguir en las mismas. Y a mí me da que poca o nula reforma van a realizar ni los que están ni los que vengan.
Ni con mayoría absoluta, ni con minoría escueta se va a hacer nada porque, a mi parecer, los resortes ya están lo suficientemente oxidados como para empezar a poner grasa en los engranajes a esta altura de la película.
Que uno vaya o venga de Turismo o de Urbanismo es algo que no me preocupa más allá del morbo por conocer cómo se encajan las piezas pero, como te digo, lo mismo da que da lo mismo.
El gran escritor y orador romano Cicerón dijo en cierta ocasión que “en toda la Historia hemos tenido sólo un cónsul, tan preocupado por el bien público, que nunca durmió en el periodo de su consulado”. Se refería a Caninio Resizio que fue nombrado cónsul por la mañana y destituido esa misma tarde. Se me ocurren tres o cuatro cónsules entre nuestros munícipes…
En definitiva, parece que no les va a quitar el sueño el cambio de cromos. Me sorprende el alcalde, que deja cuatro o cinco responsabilidades para centrarse en Turismo. O Antonio Chacón, que le han endosado Comercio. ¿No debemos suponer que Turismo y Comercio deberían ir de la mano?
Y Fernández, ¿no estaba volcado en el asunto de los diseminados, las emas y el plan del centro histórico? ¿Lo deja a mitad de camino con todo lo que nos decían se había avanzado?
Y termino, Luismi. Tantos cambios, tanta inestabilidad, perjudica a nuestra ciudad. Tanto sí que no que no que sí, no hace más que frenar el desarrollo normal que debiera producirse. ¡¡Ains, omaíta, lo que nos queda por ver!! Lo que yo te diga.