“El Gabinete ha decidido retirar al jefe del Ejército”, aseguró a la prensa el portavoz del Gobierno y ministro de Información, Krishna Bahadur Mahara.
A Katawal tan sólo le quedaban tres meses de servicio, pero el Gobierno decidió destituirlo ya y reemplazarlo de forma provisional por el hasta ahora número dos de las Fuerzas Armadas, Kul Bahadur Khadka, considerado más cercano a los maoístas.
Algunos medios nepalíes han asegurado que el militar no ha aceptado la destitución, pero un portavoz del Ejército consultado por Efe se negó a confirmar este extremo.
El portavoz detalló que el Gobierno, encabezado por el ex líder guerrillero Pushpa Kamal Dahal alias Prachanda, no está satisfecho con las explicaciones que dio Katawal al Ejecutivo en el marco del rifirrafe que han mantenido durante las últimas semanas.
El primer ministro Prachanda había dado un ultimátum de 24 horas a Katawal el pasado 20 de abril para que explicara por qué no había obedecido las órdenes del Ejecutivo sobre el reclutamiento de nuevos soldados y otros asuntos castrenses.
En concreto, los maoístas consideraron una violación de los acuerdos de paz firmados en 2006 el reclutamiento por parte del Ejército de 2.800 nuevos soldados, un proceso suspendido en febrero por el Tribunal Supremo.
También había levantado ampollas en el Gobierno la decisión del Ejército de solicitar con éxito al Supremo la rehabilitación de ocho generales expulsados por el Ejecutivo en marzo.
La destitución de Katawal ha abierto una crisis en el seno del Gobierno, integrado por el Partido Comunista Unificado de Nepal (Maoísta) y otros cuatro partidos.
El secretario general del Partido Unificado Marxista-Leninista (UML), Iswhor Pokharel, anunció a Efe que su formación ha decidido retirarse del Ejecutivo, por lo que ahora los maoístas deberán buscar respaldo en las otras pequeñas formaciones, que en principio también se oponen a la medida.
“Hemos decidido salir del Gobierno después de la decisión unilateral de los maoístas de destituir al jefe del Ejército”, resumió Pohkarel.
“No nos gusta la forma en que los maoístas están trabajando”, expuso el dirigente leninista, quien insistió en que “sin consenso, el proceso de paz en marcha no llegará a su conclusión lógica y tampoco será posible la redacción de una nueva Constitución”.
El opositor Partido del Congreso Nepalí (NC) reaccionó por su lado convocando una campaña de protestas por todo el país contra esta decisión, que ya está siendo secundada en Katmandú, donde ayer se registraron las primeras manifestaciones.
Nepal celebró comicios en abril de 2008, allanados por la firma dos años atrás de unos acuerdos de paz que pusieron fin a diez años de guerra entre el Gobierno y la guerrilla maoísta.
Tras abandonar las armas, los ya ex rebeldes, liderados por Prachanda, se impusieron en las elecciones y desbancaron al hasta entonces gobernante NC como fuerza dominante en el país surasiático.
Finalmente los maoístas, que no obtuvieron mayoría absoluta, se aliaron tras unas accidentadas conversaciones con otros grupos minoritarios, el más importante de ellos el UML, el segundo partido más votado.
Otro paso fundamental fue la proclamación de la República el 28 de mayo de 2008, que puso fin así a casi 240 años de Monarquía.
Hasta entonces el Ejército respondía ante el rey, pero ahora el comandante supremo de las Fuerzas Armadas es el presidente de la República, Ram Yadav, quien ayer se reunió con varios partidos.
El último paso en este largo proceso de paz debe ser, además de la elaboración de una nueva Carta Magna, la fusión del Ejército con 19.600 ex rebeldes que la misión de Naciones Unidas en Nepal había registrado.