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Huelva

Excrementos de gusanos para la supervivencia de la fresa

Productores de Huelva van a comenzar a probar de forma piloto en sus fincas un fertilizante basado en excrementos del insecto conocido como gusano de la harina

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  • Plantación de fresas. -

La cada vez más exigente normativa europea en cuanto al uso fitosanitarios está poniendo en jaque a sectores como el fresero, que se queda sin alternativas para garantizar la viabilidad sanitaria del cultivo, lo que les obliga a dotarse de nuevos aliados como, por ejemplo, los biofertilizantes.

Por ello, la próxima campaña, diferentes productores de Huelva -provincia que concentra el 90 % de la producción de fresa nacional y, es la mayor productora en Europa-, van a comenzar a probar de forma piloto en sus fincas el desarrollado por la biotecnológica española Tebrio, un fertilizante basado en excrementos del insecto Tenebrio Molitor, más conocido como el gusano de la harina.

En una entrevista con EFE, Miguel Ángel Álvarez, director Agro de Tebrio, ha explicado que se trata de un biofertilizante que tiene "unas características especiales y es único en el mercado a día de hoy; de hecho, hemos sido la primera empresa en registrarlo a nivel europeo".

Asimismo, cuenta con certificado ecológico, es decir, es apto para ser usado en agricultura ecológica y contribuye a incrementar la salud de los cultivos y frutas, promover su desarrollo vegetativo y mejorar las condiciones de fertilidad del suelo para favorecer la captación de nutrientes y la retención de agua.

Álvarez ha destacado que este fertilizante consigue "poner a disposición de la planta todos los nutrientes esenciales, tanto los que aporta el propio insecto como aquellos que hay bloqueados en el suelo y que pone en forma asimilable para la planta".

Además, "aporta bacterias que son capaces de fijar nitrógeno ambiental, es decir, cogen nitrógeno del aire y lo fijan en el suelo de manera que también está a disposición de la planta".

Junto a esta función de nutrición, el uso de este producto también incide en la bioestimulación, principalmente por "el aporte de fitohormonas que ayudan a superar fases de estrés que pueden generar en la planta épocas de mucho calor o frío o suelos salinos o con ph extremos"; y en la protección frente a enfermedades.

"El insecto encapsula cada partícula del excremento en una capa de quitina, una molécula que activa las defensas de las plantas; no es un fitosanitario ya que no acaba con las enfermedades, pero hace que la planta este más fuerte y la protege de los ataques externos, con lo cual sí que puede permitir espaciar las aplicaciones de fitosanitarios", ha apuntado.

Se ha mostrado convencido de los resultados positivos que el uso de este biofertilizante tendrá en un cultivo como el de la fresa, ya que se presenta como un aliado para cumplir con la normativa europea que va a terminar de implantarse en 2030.

"El agricultor, para afrontar el cultivo de la fresa, necesita herramientas naturales y orgánicas pero de gran eficacia", ha indicado antes de añadir que "este producto viene de un proyecto de economía circular y con una huella de carbono negativa, con lo cual es clave para aquellos productores que quieran reducirla".

Los agricultores, ha abundado, "están obligados a cuidar cada vez más los suelos, pero se están quedando sin herramientas, y con este producto lo que pretendemos es reeconomizarlos con microbiota beneficiosa y logrando un mayor equilibrio".

Algo que también repercutirá a la hora de la comercialización y de dar respuesta a esa cada vez mayor demanda por parte del consumidor de productos sostenibles: "Es un producto cien por cien orgánico".

Desde Tebrio se confía en que una vez vistos por parte del sector los resultados de la primera experiencia que se llevará a cabo la próxima campaña se amplíe el uso de este biofertilizante a una superficie cada vez mayor. 

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