Dicen que las cigüeñas son fieles a su nido y así lo han demostrado en Huelva. Cerca de siete años llevaba una pareja de cigüeñas habitando el gran nido de la espadaña de la Catedral de La Merced de Huelva, un nido que fue retirado a mediados de diciembre por “motivos de seguridad” y que generó gran revuelo en las redes sociales.
Sin embargo, a pesar de quedar huérfana de hogar, esta pareja de cigüeñas permaneció en la espadaña de La Merced y ha logrado hacer un nuevo nido, justo para la temporada de reproducción y puesta de huevos.
La naturaleza se abre así paso, porque no entiende de leyes ni de seguridad. Es puro instinto de supervivencia, y por ello, todo hace suponer que este pequeño nido que ahora han hecho, seguirá creciendo con los años hasta alcanzar las grandes dimensiones del anterior.
Unas dimensiones que provocaron que el Obispado pidiera a la Diputación de Huelva su retirada, pues ya se habrían caído algunos elementos del nido en la puerta de la Catedral.
Por ello, la Diputación, como propietaria del histórico edificio, contrató los servicios de una empresa, una vez que ya se habían tramitado todos los permisos, incluida la autorización excepcional dictada por la Delegación Territorial de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul.
Una autorización que especificaba que el derribo del nido tenía que hacerse entre el 1 de septiembre y el 31 de diciembre de 2023, fuera de la época de reproducción y cría de la especie, cuando estuviera vacío.
Normalmente, las cigüeñas blancas se reproducen a principios de febrero y es entre marzo y abril cuando la hembra pone los huevos, entre cuatro y siete, que necesitan 33 días de incubación constante para eclosionar.
Año tras año, la pareja vuelve al mismo nido a criar -a veces ya ni emigran-, y según explica la organización ecologista SEO BirdLife, “en su afán por conseguir el mejor lugar para sus cigoñinos, colocan y colocan palos hasta alcanzar nidos de dos metros de diámetro y mucho peso, unos 200-400 kg, aunque en ocasiones pueden llegar a toneladas”.