La última de la jornada, la solemne Hermandad del Calvario, ha rematado un Lunes Santo muy deseado ya echada la noche y desde el corazón de la ciudad.
Con puntualidad inglesa, a las 21.00 horas se abrían las puertas de la Capilla de Jesús del Calvario, silencio absoluto en un entorno abarrotado de personas.
El Señor del Calvario hacía acto de presencia y avanzaba, en silencio, mientras Nuestra Señora de Rocío y Esperanza, hacía lo propio minutos después.
Un silencio solo alterado por el Trío de Capilla y por el sonido de las cadenas de los hermanos de promesa.
Ya están todas en la calle, el Lunes Santo se ha completado para disfrute de los cofrades onubenses.