De esta forma, indicaron que "se han ganado todos los recursos que han presentado los Agentes a los que se han retirado emolumentos económicos, en concepto de productividad, por ser los menos multones. Ahora, por vez primera, se condena además al Estado en costas". La sentencia del juzgado de lo Contencioso nº 1 de Castellón ha condenado en costas a la Administración por “reiteración de resoluciones de este órgano de semejante tenor, de modo que el caso no presenta dudas de hecho o de derecho, procede su imposición a la Administración demandada”.
Para AUGC, estas nuevas sentencias vienen a poner de manifiesto una vez más la "ineficacia de la aplicación del RAI y muestran el empecinamiento de los mandos por seguir aplicando estas medidas coercitivas destinadas únicamente, como así considera la sentencia, a convertir a los guardias civiles de trafico en meros agentes recaudadores".
AUGC también recalcó el hecho de que en estos duros momentos económicos, con recortes que ya afectan a dos bienes de primera necesidad como son la sanidad y la educación, los responsables de tráfico se enrocan en la aplicación de este baremo a sabiendas de que los jueces de manera reiterada la están rechazando. Parece ser que todo vale con tal de que no baje el nivel de recaudación de las sanciones de tráfico, olvidándose de la aplicación de verdaderas medidas para mejorar la seguridad vial. Desde AUGC insistimos en que la Seguridad Vial no puede girar en torno al número de multas que imponen los Agentes, pues esto, además de no afectar positivamente a la Seguridad de nuestras carreteras, rompe la confianza del ciudadano en el sistema y tira por los suelos la imagen, objetividad y neutralidad de los Agentes de Tráfico.
Desde AUGC volvieron a denunciar esta política del RAI no sólo por su negatividad hacia la seguridad vial sino también por estar destrozando la autoestima profesional y moral de los Agentes de la Agrupación de Tráfico lo que está directamente relacionado con la primera causa. A los miembros de la Agrupación se les llamaba “los ángeles de la carretera”. Y eso es lo que quieren ser y con lo que se identifican. Aunque algunos altos mandos y políticos les prefieran más como recaudadores de hacienda que como símbolos de la ayuda y auxilio al ciudadano.