Con la última sentencia del caso ‘Casa del Rocío’, son tres las condenas que recaen sobre el exalcalde de Jerez, Pedro Pacheco, de su gestión como primer teniente de alcalde y máximo responsable del área de Política Territorial (Urbanismo, Vivienda, entre otras) cuando gobernaba en coalición por el pacto PSOE-PSA (2005-2007). De las tres, hasta el momento solo la del ‘caso asesores’ de cinco años y medio es firme. La de año y medio por la venta de la antigua estación de autobuses está recurrida, y esta última de un año y diez meses por falsedad y fraude muy probablemente también acabe en el Alto Tribunal.
¿Esto quiere decir que al exalcalde solo le queda esperar la decisión del Supremo y acumular penas?No necesariamente, al menos así lo aseguran las fuentes jurídicas consultadas por este periódico, pues no hay que perder de vista, como indican, que, en primer lugar, estas dos condenas últimas no superan los dos años de cárcel, y que ambas causas en las que la justicia no le ha dado la razón se remontan a ese periodo (entre 2004-2007). ¿Qué significa esto?Pues que en el momento en el que Pacheco incurrió en los delitos por los que ha sido condenado, no tenía antecedentes, aunque ahora sí se dé este supuesto porque haya regresado al banquillo tras llevar poco más de un año en prisión. Por tanto, al ser penas inferiores a los dos años, no tener antecedentes en el momento en el que se cometieron esos hechos y la ausencia de responsabilidad civil, “no sería descartable” poder pedir a la Audiencia Provincial la suspensión de estas penas. Una opción que ahora debe estudiar la defensa de Pacheco, y que en el caso de otras personas con sentencia firme y en prisión han prosperado. ¿Qué tiene Pacheco en contra?Pues que su condición de político y precisamente en su caso ha sido uno de los más carismáticos del país, y los hechos cometidos, han derivado en sentencias “ejemplarizantes”, habida cuenta de que con antecedentes menos duros los castigos de los jueces han sido menos severos hasta ahora. Unas circunstancias por las que la Audiencia Provincial podría tener serias reservas al optar por la suspensión, teniendo en cuenta que inicialmente la Fiscalía le pedía por ambas hasta siete y seis años de cárcel.
Su último frente judicial
A la espera de lo que ocurra, lo que está claro es que su principal problema son los cinco años y medio de prisión de los que ya cumplido más de año y medio. Además, le queda una ‘última’ asignatura pendiente con la justicia: el caso de los Huertos de Ocio, cuya fecha de juicio se antoja aún lejana.
El contexto al que se remiten todos los frentes coinciden con su etapa más convulsa en la política activa y el mismo denominador común: el fin de sus 24 años de Alcaldía tras la victoria del PSOE en las urnas. Unas circunstancias que le “obligaron” a pactar pactar primero con el PP y luego con los socialistas para seguir manteniéndose al frente de la GMU. No volvió a ser alcalde pero lideraba Urbanismo, el peso pesado del Ayuntamiento. Ahí empezarían también sus problemas, pues sus roces con su ex socia de Gobierno, Pilar Sánchez, acabaron en los tribunales. A ella tampoco le han ido mucho mejor las cosas pues desde enero cumple una condena de cuatro años y medio de prisión en la cárcel de Alcalá por el caso PTA. Dos alcaldes y el mismo destino.