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La Tribuna de Nertis

Es el mercado, amigo

Jacobo Cáceres, abogado de Nertis, nos habla de la hostelería, del empleo, de la pandemia y de la transformación del sector

  • Los integrantes de Nertis. -

Esta célebre frase podría para muchos ilustrar bien lo que viene ocurriendo en los últimos meses en el sector de la hostelería, y en relación con la supuesta falta de personal denunciada por los empleadores de este sector. En el otro lado, unos trabajadores que refieren unas condiciones de trabajo inaceptables y reclaman mejoras.

Los hosteleros manifiestan la dificultad para contratar personal con la cualificación necesaria, y que se trata de una problemática que ya existía con anterioridad a la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, y que ésta solo ha venido a agravarla. La postura opuesta ofrecida por los trabajadores de este sector habla de unas condiciones laborales precarias, y con una situación muy extendida de fraude en la contratación y en las condiciones.

De ambas posturas se evidencia que el sector, que ha sido uno de los más afectados durante el estado de alarma, y que ahora vuelve a reanimarse con la denominada “nueva normalidad”, se encuentra ante una necesidad urgente de cambio.

En un contexto de paro juvenil por encima del 30%, el mayor de la UE, resulta ciertamente sorprendente por inesperado el pulso existente entre ambas partes. Pero, a su vez, ello puede interpretarse precisamente como una conciencia de que la necesidad de empleo puede llevar a una situación desfavorable para el trabajador, y por otra parte a que, tras la paralización causada por el confinamiento, el sector de la hostelería ha perdido el interés de una parte de los demandantes de empleo, que se han dirigido a otros sectores que le resultan de mayor atractivo.

Parece pues que los términos de la confrontación pasan por una transformación del sector, que suponga una mayor cualificación y formación de los trabajadores, y que a su vez conlleve una posibilidad de empleo más interesante y estable. Me pregunto si ello es posible, atendiendo a la propia naturaleza del sector, típicamente asociado a la temporalidad, y donde en principio no parece verosímil que se apueste por la promoción de una carrera profesional.

Surge un debate más complejo de lo que inicialmente pudiera parecer, alrededor de una actividad imperante en España, que maneja en torno al 20% del PIB: Para unos, supone valorar en exceso al trabajador de la hostelería -especialmente al camarero-, e imponer unas condiciones prohibitivas para la iniciativa privada; para otros, simple y llanamente, se trata de establecer y sobre todo cumplir con unas condiciones legales mínimas que supongan un trabajo digno.

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