La nueva tanda de sanciones de EE.UU. contra Irán como consecuencia de la retirada de Washington del acuerdo nuclear de 2015 entró hoy en vigor, y penalizará la venta de petróleo iraní, las transacciones financieras con su Banco Central y el sector portuario del país.
El Gobierno estadounidense programó la entrada automática en vigor de las sanciones para la medianoche del domingo al lunes en la costa este de Estados Unidos (5:00 GMT del lunes).
"Son las sanciones más fuertes que ha impuesto jamás nuestro país", dijo el presidente estadounidense, Donald Trump, en declaraciones a los periodistas unas horas antes de que comenzaran a implementarse las restricciones.
Washington tiene previsto dar hoy más detalles sobre el impacto de las sanciones, por las que el Departamento del Tesoro estadounidense incluirá más de 300 nuevas entidades en su lista negra, aparte de otras 400 que volverán a ella tras haber salido en 2015, cuando se firmó el acuerdo nuclear.
"Estoy muy seguro de que las sanciones, no solo las del petróleo crudo, sino también las financieras impuestas por el Departamento del Tesoro, tendrán el efecto deseado: alterar el comportamiento de Irán" en el mundo, dijo el secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, en una entrevista este domingo con la cadena Fox News.
El carácter extraterritorial de las sanciones ha forzado ya a muchas empresas de otros países fuera de EE.UU. a abandonar sus negocios y contratos en Irán, como la petrolera francesa Total.
Aunque su objetivo es que las compras de petróleo iraní se reduzcan a cero en todo el mundo, el Gobierno de Trump planea eximir de las sanciones durante al menos seis meses a ocho países o "jurisdicciones territoriales" para dar más tiempo a sus compañías a recortar su dependencia del crudo de Teherán.
Será este lunes cuando Washington revele cuáles son esos ocho países, y se espera que entre ellos estén China, India, Japón y Corea del Sur, según el diario The New York Times.
El resto de firmantes del acuerdo nuclear con Irán rechazado por Trump -Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania- están buscando fórmulas para salvar el acuerdo y mantener el comercio y las compras de crudo iraní.