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Montequinto tiene un “ángel” y paga la compra de los necesitados

Mercedes Ortega se siente “afortunada” de haberle cobrado la cuenta al anónimo que le pagó a una mujer sin recursos la compra del mes

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  • La cuenta de la compra que le abonó el "ángel" a una necesitada. -

Sorprendida por la repercusión, Mercedes Ortega reconoce sentirse “afortunada” por ser testigo directo de lo que ocurrió el pasado viernes en un supermercado de Montequinto: que un hombre le pagara la compra de un mes a una mujer sin recursos que pide en la puerta de la tienda, los 261 euros de solidaridad de un “ángel” al que esta cajera le querría dar las gracias. Por eso publicó su entrada en Facebook incluyendo hasta la cuenta, porque en ese momento se quedó “petrificada” y luego, sólo “me lié a llorar”.

Era joven, de unos 40 años, venía de trabajar y con unos ojos celestes preciosos”, relata Mercedes Ortega, que explica que entró preguntando por unas cervezas sin gluten y, cuando se dio cuenta, vio a la mujer que suele ponerse de lunes a viernes en la puerta del Lidl que hay en el barrio de Montequinto, de Dos Hermanas, con cajas dirigiéndose a la cinta. “No le di importancia porque muchas veces ayuda a los clientes”, pero fue la misma mujer la que le indicó con gestos y luego susurrándole que todo lo que estaba poniendo el “ángel” en la cinta era para ella: comida congelada y fresca, productos de limpieza e incluso golosinas.

Él seguía pasando las cosas por la cinta, sin hablar, “discreto, muy natural”, relata la cajera. Cuando terminó, pidió pagarlo con tarjeta, dejó la cuenta allí mismo y se dirigió con la mujer hacia el exterior diciéndole “A ver cómo llevamos las cosas…” “Me quedé petrificada, he visto gente regalando cosas, unos dulces, una botella de aceite pero en 17 años no había visto nunca eso”, dice Mercedes. En ese momento, “me lié a llorar”, era incapaz de explicarle a su compañera lo que había pasado, no podía hablar “porque me llegó al alma”.


Luego, publicó una entrada en su Facebook, que “yo sólo tengo cuatro gatos”, contando lo sucedido junto con la foto de la cuenta, y sigue aún sorprendida por la repercusión que ha tenido. “Lo hice porque, si llega a sus oídos, que creo que sí, que sepa que le quería dar las gracias”, porque para Mercedes Ortega, lo que ha hecho este “ángel” es “como si me lo hubiera hecho a mi”.

El “ángel” de Montequinto no es un cliente habitual del supermercado pero “si lo he visto alguna vez” y ni siquiera la mujer a la que le pagó la compra del mes sabe quién es, aunque la historia está en boca de todos y Mercedes reconoce que muchos llegan y preguntan si ha vuelto o no. “Sí que lo reconocería, esos ojos celestes, esa mirada de buena gente”, dice la cajera, que entiende que quizás este “ángel” no quiera salir de su anonimato. “No querrá pero yo me sentí afortunada por vivirlo, porque pasara por mi caja”.

“Deberíamos estar acostumbrados a gestos así, más con la cantidad de cosas que se ven y que yo veo en el día a día”, reflexiona Merchedes Ortega, que insiste en darle las gracias al “ángel de Montequinto”. “Gracias x ser un ser maravilloso”, le decía en su entrada en Facebook.

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